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Babe y los demás habían llegado a casa de Alan pasadas las 11 de la noche y todos procedieron de inmediato a irse a sus habitaciones. Fue un día muy agitado para todos, en especial, el que Charlie este vivo.

Fue impactante.

Y a la vez un alivio a sus corazones.

Babe sinceramente quería ir a su casa pero Alan no se lo permitió, incluso le advirtió que no podía salir de casa sin su permiso, como si fuera un niño de 10 años que tiene que pedirle permiso a su mamá para salir a jugar con sus amigos.

Y la verdad, Babe tampoco quería estar solo. Esto de su embarazo podría ser peligroso estar solo y más si Tony se entera; movería cielo, mar y tierra solo para capturarlo y tener a su cachorro.

Además de correr el riesgo, él.

Prefiere evitar los inconvenientes y llevar su embarazo tranquilo, evitando siempre que nadie más aparte de su círculo de amigos lo sepa. Incluye a Kim, después de todo, solo es una víctima más de Tony

—Me iré a mi habitación— informa Babe apenas piso el interior de la casa —quiero dormir— no mentía.

Siente mucho sueño, quizás sean las cosas que le advirtió la obstetra que tendría. Síntomas del embarazo, aunque por ahora no ha tenido nauseas ni nada.

Es un alivio para él porque no lo soportaría, más aún cuando Charlie no está ahí, a su lado.

Alan asiente —bien, avísanos a cualquier cosa que necesites— palmea su hombro siguiendo a su Omega que ya estaba dirigiendo sus pasos a la planta alta.

Babe acepta y también los sigue, necesita dormir, ya.

Charlie se dejó llevar por su suegro hasta su habitación, incapaz de ocultar la leve debilidad en sus piernas

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Charlie se dejó llevar por su suegro hasta su habitación, incapaz de ocultar la leve debilidad en sus piernas. El médico ya lo había advertido: debía realizar rutinas de caminata suaves alrededor de la cabaña para evitar que sus tendones se encogieran. Pasar demasiado tiempo inmóvil solo empeoraría su condición, limitándolo aún más en sus futuras caminatas.

Mientras se adentraba en su cuarto, Charlie recordó las palabras del médico sobre la importancia del movimiento constante y los pequeños descansos para una recuperación más rápida, especialmente para alguien como él, un alfa. La ventaja de su condición se revelaba en momentos como este, ofreciéndole una esperanza de curación más pronta.

Charlie se dejó caer pesadamente en la cama, sintiendo el peso de la fatiga acumulada en cada fibra de su ser. El accidente de auto había dejado su cuerpo dolorido y sus movimientos limitados, obligándolo a depender de las incómodas muletas para desplazarse. Cerró los ojos y suspiró, tratando de bloquear el dolor que pulsaba en cada músculo y articulación.

Con un susurro de resignación, se acomodó entre las sábanas, tratando de encontrar una posición que aliviara la tensión en sus piernas. Agradeció la suave brisa que se filtraba por la ventana abierta, trayendo consigo el frescor del aire nocturno. A pesar de su malestar, una sensación de calma comenzó a envolverlo, reconfortándolo en medio de la oscuridad de la habitación.

Sorpresa inesperada || Pit BabeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora