Tanjiro Kamado, un joven chico de 15 años, que junto a su hermana Nezuko Kamado, una joven de 14 años, ambos hermanos perdieron a su familia por culpa de cierto demonio cuando ambos aun eran unos niños pequeños, pero alguien los salvo y los ayudara...
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Japón estaba cubierto con el manto de Nix, era hora de guardia
Un muchacho de ojos azules con un leve tono lila bajaba de la habitación donde se quedaba junto a sus compañeros listo para empezar su vigilia de esa noche
Seizo: rayos, que bien dormí -dijo estirándose- que hermosa noCHEEEE!!! -termino la oración con un grito al ver a quien tenía en frente- ¿¡Kanao!?
Kanao: ¿Que? -dijo en un tono enojado-
Seizo la observo un poco, vio su rostro con ojeras, ojos cansados y con un semblante amargado, seguro porque tenía sueño
Seizo: ¡n-nada! Es que te ves diferente, ¿te hiciste algo en la cara? ¡Te ves muy bien! -dijo nervioso-
Kanao: tienes suerte que no estoy para corretearte hasta partirte la mandíbula -dijo tocandose la cabeza-
Seizo: ¿e-estas bien? No me lo tomes a mal, te ves terrible, ¿no dormiste?
Kanao: no... Nada
Seizo: lo siento, seguro fue por que to estaba aquí ¿verdad? -dijo algo apenado-
Kanao: no todo gira en torno a ti tonto... Fue por otra cosa
Seizo: ¿todo esta bien, paso algo que te molestase, o alguien lo hizo? Dime y le arrancaré el alma con mis manos
Kanao: ¡no! Solo... No me preguntes nada, no es de tu incumbencia
Seizo: perdon, solo me preocupe por ti... -dijo viéndola con ojitos tristes-
Kanao suspiro
Kanao: solo olvídalo, hay que patrullar -dijo tratando de dar un paso pero perdió el equilibrio-
Seizo rápido la tomo de la mano y del hombro
Seizo: ¡ten cuidado! -Kanao estaba muy cansada como para protestar aunque le molestaba que la tocara- no... No iras asi
Kanao: ¿que dices? Ya suéltame -dijo apartandose de el-
Seizo: vete a dormir, yo haré guardia en ambas zonas
Kanao: ¿Que? Claro que no, no es por que me importe pero el anciano se enojara si se entera
Seizo: no te preocupes, si pasa eso hablaré con el señor Uzui, seguro haré que entienda, vete a dormir por favor -dijo con una voz cálida-
Kanao: bueno... Gracias, supongo -dijo empezando a caminar hacia la habitación-
Seizo: ¿quieres ayuda con las escaleras?
Kanao: no... Estoy bien
Igual el se quedo un rato esperando a que ella subiera las escaleras por si acaso, al oír que la puerta se cerró se dirigió hacia su zona, pero antes es interceptado