Tanjiro Kamado, un joven chico de 15 años, que junto a su hermana Nezuko Kamado, una joven de 14 años, ambos hermanos perdieron a su familia por culpa de cierto demonio cuando ambos aun eran unos niños pequeños, pero alguien los salvo y los ayudara...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Kanao estaba entrenando un poco sus respiraciones en el patio de la casa de las glicinias, ya que ella y Nezuko eran las únicas que no estaban lastimadas más que unos pequeños raspones
Mientras realizaba las posturas de su respiración se podía ver a la chica con una sonrisa dibujada en su rostro qué era adornado con un leve sonrojo en sus mejillas
Nezuko y Zenitsu caminaban en el jardín hasta que llegaron donde estaba Kanao, y notaron las sonrisa y el sonrojo en su rostro. Kanao decidí tomar un descanso, ve a Nezuko y Zenitsu, se acerca a hablar con la ojirosa
Nezuko: buenos días, que linda sonrisa -dijo con tono burlon-
Zenitsu: te vez feliz hoy
Kanao: es por que pase la noche con Tanjiro -dijo provocando una cara de asombro en en Zenitsu-
Nezuko: de nada
Zenitsu: que tu que con quien?! |no debí preguntar, no es de mi incumbencia|
Kanao: b-bueno... Es que dormí en el futon de Tanjiro con él, como antes -dijo algo roja-
Zenitsu: ah... Ya entiendo -dijo rascándose la nuca-
Nezuko: Agatsuma sucio! -dijo picandole la mejilla con el dedo índice-
Zenitsu: Nezuko, puedes llamarme solo Zenitsu, no me parece justo que yo si te pueda llamar por tu nombre solo por ser mayor -dijo sonriendole a la de puntas naranjas-
Nezuko: eh? Enserio?
Zenitsu: si -dijo con una sonrisa que provocó una sensación extraña en la menor-
Kanao: etto... Los dejo solos -dijo desapareciendo como hacían los pilares-
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Han pasado 7 días en los cuales nuestros protagonistas se recuperaron al menos lo suficientemente para poder continuar
Isuzu, la cuervo de Kanao llego a darles ordenes
Isuzu: escuchen! Deben ir al noroeste hacia el monte Natagumo! Vayan ahora mismo!
Rápido se tomaron sus katanas y salieron de la casa, donde fueron despedidos por la anciana quien les dio buenas bendiciones y les deseo suerte en su camino