Una decisión

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G r a c e

—Vaya, vaya, —Miré frente a mi a y me llevé terrible precencia de David—¿Ahora si tenemos el honor de verte con ropa, hermana?

La burla en su tono fue tan fuerte que muchos empleados que pasaban por ahí intentaron disimular una carcajada.



Una cosa es una equivocación como la que sucedió anoche, otra muy diferente es tener que estar ante el sello juzgador de un bueno para nada cómo David.

—Cuida tu tono, no me provoques ahora, David.

Él solo ríe.

—Pronto te dirigirás a mi como: "Marqués Harrington".

—Sobre mi cadaver tu tendrás la posición de Eduardo.



—Lo que sucedió anoche sólo demuestra que tú no eres capaz de cuidar de él, ¿Acaso él siquiera está listo para heredar el Marquesado Harrington? Es solo un niño.

—Mi madre y padre así lo estipularon cuando se casaron.

—¿Y eso qué? Las cosas cambian, como tú destino, ahora está en manos de nuestro padre y mi madre,—Al remarcar eso último hizo que la sangre me hirviera.

No le daré el gusto que sentir o ver mal.

—¿Eres ignorante o solo te gusta sacar basura de esa asquerosa boca tuya? No estás ante cualquiera, soy nieta de la más pura Realeza Española. Tú solo eres el nieto de un Baron, y mientras yo viva ese es el único título que podrás optener.

—¡Tú...!

—Si no puedes con esas simples palabras, entonces no estás acto para la sociedad aristocrática, David. Por otro lado mi hermano Eduardo, él está preparado desde el momento en el que comenzó a caminar, si, es un niño aún, pero tiene la capacidad de gobernar un Marquesado y dirigir bien los negocios, cosa que a ti te falta.



Salí de ahí, no quería escuchar sus tonterías.

Ahora que él lo sabe es seguro que toda la servidumbre también. Debo actuar rápido y la única persona que me puede ayudar aún está en camino.

—Alteza, —Reverenció—la llaman.

Tomé el teléfono y al ver el nombre sonreí.

—Grace.

—Joseph.

—¿Cómo va todo? Esperé tu llamada anoche pero...

—Pasaron cosas terribles y no tuve tiempo, lo siento.

—¿Qué pasó? ¿Eduardo está bien? Estoy en Nueva York pero puedo ir a Londres mañana, solo debo hablar con mi madre.

La Esposa Del Duque Donde viven las historias. Descúbrelo ahora