GRACEEstás muerto, David.
¿Cómo se atrevía?
¿Cómo podía llegar a decir cosas tan crueles?
Desde siempre conocí la ignorancia y la actitud basura de David. Pero esas palabras sólo hicieron que mi enojo aumentaren rabia se apoderada de mí. Había cruzado una línea de la cual se arrepentiría muy pronto.
Sam fue sobre él y lo tomó con una sola mano del traje levantándolo del suelo. David palideció ante la fuerza de mi primo. La mirada de muchos se centró en nosotros.
—Repítelo.—Le ordenó. Después una oscura sonrisa se extendió en sus labios—Aún así no te salvas de lo que te pasara, Bellingham.
—Sam, bájalo, no vale la pena. —Quise detenerlo.
—¡Dale duro, no tengas piedad!—Miré seriamente a Eduardo quien bajó la mirada ante mi severa mirada.
—Hazle caso a tu prima, oscurito.
Sam me miró y solo solo asentí dando mi permiso.
Lo estampo tan fuerte contra el suelo que terminó lastimándolo de formas muy severas. Yo me subí a mi yegua y monte conmigo a Eddy.
Después de que lo separaron, mi tía y madrastra llegaron. Ambas furiosas pero la mayor fuerza era Tia Liv. Todos le temían a esa poderosa mujer. Le hice una señal a Sam. Él entendió en el instante y tomó su caballo, así los tres nos fuimos galopando lejos de ahí.
—¡Santiago Pembroke!— Los gritos de la Tia Liv daban mucho miedo.—¡Regresen ahora mismo!
Miré detrás de nosotros cómo había quedado todo.
Isadora miro mal a mi tía. —Tú hijo hizo esto. Es un agresivo. Debió heredar esto de sus verdaderos padres. Claro, adoptar siempre ha sido un peli...
Antes de que terminara muchas nobles se pusieron de parte de mi tía al verla débil. Era mentira, conozco las tácticas de mi bien actuada tía Liv. Me pregunto que tan mal parada dejaría a Isadora por jugar mal su carta al criticar la maternidad de mi tía. No hay peor cosa que le puedes hacer a una mujer noble que cuestionar su crianza o hablar mal de sus hijos. Una de las máximas autoridades aristocráticas bajo la orden de la reina eran; mi difunta madre Helena, mi tía la Condesa Pembroke y la Viscondesa Ana. Hasta ahora no hay otra dama conocida en la sociedad que pueda llegar a escala eso. Claro, existió, la fallecida Duquesa Kensington, la madre de James, pero murió muy pronto así que no tuvo mucho impacto.
Camine con Sam y Eddy por los campos junto a los caballos. Sentía más serenidad aquí que allá. Deseaba tanto un momento tranquila, un momento en paz. Donde no tuviera que preocuparme por protocolo o un estatus. Nos sentamos en la orilla de un río y nos mantuvimos en silencio. Hasta Eduardo, a veces resultaba imposible que estuviera tranquilo, lo estaba.
ESTÁS LEYENDO
La Esposa Del Duque
Roman d'amourUna noche cambia la vida de Grace Harrington que en es forzada a casarse con el hijo del Duque; James Kensigton.