―¿A quién extrañas más? ―pregunta Julián, de la nada.
Enzo se toma su tiempo para pensar antes de responder.
―A mi hija. Debe tener mucho miedo de que me haya pasado algo.
Julián asiente en silencio.
―¿Y vos? ¿A quién extrañas más? ―pregunta Enzo.
―A mi mamá. Debe estar muy preocupada.
Sin responder, Enzo comienza a acariciarle el pelo a Julián hasta hacerlo cerrar los ojos por la agradable sensación.
―¿Tenés miedo? ―dice Julián.
―¿Miedo?
―Sí, miedo. De que nos pase algo peor.
Enzo considera su situación actual.
Se encuentran en la cama de la habitación más alta de la cabaña, acostados en una cama cómoda en ropa interior y con las piernas enredadas. La piel de Julián es cálida y suave, y sentirla contra él embriaga a Enzo de una sensación de excitación y comodidad.
Sonríe.
―No. No tengo miedo.
―Yo sí.
―¿Sí? ―pregunta Enzo, girando la cabeza para mirarlo―. ¿Miedo de qué?
―De que nos dejen de buscar y nunca nos encuentren. De que nos reemplacen en nuestros clubes. De muchas cosas.
Enzo trae a Julián más cerca de sí y se funden en un abrazo. Quiere transmitirle la misma sensación de paz que tiene en el cuerpo.
―Ya nos van a encontrar, Juli.
―Mirá si nunca más volvemos a comer un asado...
Ante esto, Enzo no puede no reírse de Julián. Siempre se le ocurren las cosas más ridículas para enfocarse. Sin embargo, el estómago de Enzo ruge ante la idea de un asado.
―Yo me quiero comer una buena milanesa ―comenta Enzo
―Sí.
―Con papas fritas.
―Sí.
―Y huevo frito.
Julián le da un suave golpe en la cabeza.
―Basta, me estás haciendo mal.
Enzo está a punto de interrumpirlo con un beso, cuando se escucha un ruido repentino, como de algo encendiéndose. Se miran a los ojos, felices, al entender.
―¡Volvió la electricidad!
―¡Sí!
―¡Vamos a poder hablar con nuestra familia!
―¡Y con nuestros amigos!
Se están abrazando muy fuerte, hasta que Julián se despega de Enzo y comienza a dirigirse hacia la puerta de la habitación. Al percatarse de que Enzo no lo está siguiendo, se voltea y... Enzo ya no está sonriendo.
Se observan mutuamente y comienzan a entender lo que esto significa. Esta frágil burbuja, este delicado equilibrio que habían logrado construir, este mundo nuevo que les pertenecía solo a ellos estaba por desaparecer. Una vez que volvieran a usar sus teléfonos, una vez que tuvieran contacto con personas del exterior, todo iba a cambiar.
Con los labios apretados, Julián vuelve a acercarse a la cama y se coloca junto a Enzo de nuevo, con la cara apoyada en su pecho y un brazo sobre su estómago. Ninguno dice una palabra.
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Atrapados | Julián x Enzo
FanfictionUna fuerte tormenta de nieve deja atrapados a Enzo y Julián en una cabaña durante un viaje a los Alpes suizos.