Oscuro #PGP2024

[7]| Arruíname

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En cuanto me senté y agarré el pincel en mis dedos, no sabía cómo empezar ni por donde terminar, no tenía algo conformado para poder imaginarlo ni plantearlo, era increíble, porqué en ese momento pensé que definitivamente había perdido mi talento.

—Vivimos en un mundo donde la gente piensa que tienes que tener talento para conseguir algo— menciono —. Una persona no nace con talento, el talento se crea— su semblante estaba igual, alentado, tenía el raro contagió de transmitir energía positiva a otras personas, su expresión gritaba que agarrara el pincel entre mis dedos y pintara. Tenía los ojos chispeando de admiración y amor hacia mi persona, pero el problema era que, su semblante parecía gritarlo todo sin embargo no parecía testificarlo en sus sentimientos.

Miré una vez más hacia abajo y de nuevo volví mi mirada hacia el pincel, sin decir nada comencé a mezclar el blanco primario con el azul oscuro primario. Supongo que ya tenía una idea en mente.

Pude jurar como aquel sujeto se dedicaba a observar mis pasos cautelosamente, como si mis movimientos para el fuese algo increíble, sin perderse ningún detalle. Aparte de tener su mirada clavada en mí, solo me dediqué a trazar una de las líneas inferiores, la forma en como el pincel cobraba vida propia era arte, los colores dejaban rastro de su esencia y por si no fuera poco, solo pintaba colores oscuros, me hacía recordar a alguien, alguien que era oscuro por dentro y por fuera.

Jack

Era el aire perfecto para una inspiración de mi pasado, solo se dedicaba en su vida a ocultar sus secretos de su existencia, ni siquiera tenía tiempo para el mismo.

No tenía idea de cómo había empezado esta obsesión por tener a Jack, todos los días habia sido como algo que mi cuerpo necesitaba. Yo nunca era así...siempre había sido una chica normal, pero desde que lo conocí, todo cambio dentro de mí fue como si algo me estuviera jalándome hacia Jack, era como si...

No, no podía pensar en él, basta.

El tono de la pintura no era nada fácil, había comenzado por dibujar un chico solitario, transmitiendo todo lo que una persona en aquel dibujo podía lograr, tristeza, soledad, perversidad. La lluvia había sido la escena perfecta para el dibujo, y aunque no lo fuese único, daba la sensación de nostalgia.

El sujeto solo me miraba y me causaba gracia, no pude evitar reír, era como un niño pequeño observando a todos lados para ver qué dulce elegir. Y ahí estaba el, brillando de encanto.

Cuando apenas agarre el pincel, la sanción de libertad era como si estuviera volando y escapando de la realidad, había regresado a lo que era mi única escapatoria de la realidad que me rodeaba, una escapatoria donde únicamente, me sentía salir de las rejas. Era como una droga, como volver a volar, lo utilizaba para poder olvidarme de mi pasado y de la agonía, sin embargó, la magia parecía solo durar unas horas por que de todas formas siempre terminaba regresando a la perversa realidad.

El personaje que estaba ahí era Jack pintado en lienzo. Y aunque quizá Jack estuviese vivo o muerto aun podía escuchar y recordar su voz puerta diciendo: "Confía en mí, Jones"

A veces, me preguntaba, que hubiera hecho yo si estaría en su lugar y formar parte de un mundo extraño, ser un asesino que tenía la maldición porqué si no mataba a un humano, mi muerte era lo que reinaba. Era jodidamente como: "Vivir o morir" esa era la vida de Jack, de un ser sobrenatural.

Por eso lo odiaba.

Intentaba entender a Jack

Lo entendía muy bien, aunque como él.

Lo entendía perfectamente como para irse y dejarme por mi propio bien

Quizá sus palabras de cuando era adolescente daban frutos por sí mismo:

—" Eres tan curiosa Jones, te metes entre lo perverso y lo bueno y a ti te parece un juego, quieres saber todo, quieres saber el porqué de la vida, quieres saber el porqué de mi existencia, quieres saber por qué vives, quieres saber el porqué del universo, eres imperfecta. Metes tus narices en donde no te llaman, juegas con fuego puro y a ti te da gracia e incluso no te importa una reverenda mierda el valor de tu vida, me encantas"

Lejos de mis pensamientos, lo que había dibujado era nada más y nada menos perverso y muy peculiar. Sus ojos de Darcel parecían brillar y gritar como es que mi mente estaba malograda y sucia. No obstante, la pintura no estaba del todo acabada, pero por lo menos había conseguido formular un retrato, sus ojos parecían moverse al compás del pincel, estaba tan intrigado y callado.

En cuanto termine, solo quedo la mitad de la pintura, me voltee hacia el con el fin de terminar e irme, mi mirada subió con vergüenza ajena al saber que había pintado algo tan ... oscuro, sin imaginar que seguro tenía el concepto de mi persona como una chica con aire inocente y obediente. Sin embargo, no podía evitar preguntarme qué pensaría el de mi o si de repente había roto su concepto hacia mi persona.

Dolorosamente había revelado mi yo veredero con tan solo plasmarlo en una pintura aun no terminada, eso era como revelar algo que no quería ser impuesto, me sentía muy perdida a su reacción.

El seguía ahí, en cuanto me gire con lentitud y con la cabeza gacha, su mirada estaba clavada en mí. Podría haber descrito en papel su reacción por qué era el perfecto sinónimo de alguien con un semblante intenso, podía sentir como sus ojos me detallaban con lentitud, el destello que alumbraba de ellos parecía querer descifrar y preguntarse todo sobre mi persona, pero por más que seguía mirándome encontrando una pieza valiosa, no encontraba nada.

¿Por qué se esforzaba en analizarme tanto?

A pasos simples, su cuerpo dio un respingo acercándose hacia mi persona y cuando sentí el aire de su cuerpo emanando frente mío, levanté mi cabeza para mirarlo.

—Eres como un enigma tratando de salir a la luz— estaba tan cerca mío, como si de verdad lo supiera y tuviera idea alguna de la inocencia que no poseía, me observo. Su tono de voz era como un diablo tratando de cautivar a su presa. Podía sentir su aliento caliente sobre mi boca y un curioso cosquilleo, sabiendo que algún día esto terminaría en un caos tarde o temprano.

—¿No vas a decir nada más? —inquirí con aire atrevido pero inocente. Suspiró risueño y dejándose llevar por mi inocencia pintada falsamente en blanco, sonrió sobre mis labios ante mi vacilación, para posteriormente relamerse sus labios conteniéndose de lo que mi enigma le había causado, aquello que habíamos formado quemaba.

—Arruíname.

Mas tarde comprendí que esas palabras que habia soltado, habían sido viceversas, porque no lo decía por él, lo decía por mí. 

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