2. Calor invernal

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Frio, era lo único que podía sentir Okashi, sentir al contacto como la nieve lo congelaba y poco a poco le robaba el calor de su cuerpo. Sentía como su ropa se empezaba a sentir húmeda, probablemente por la nieve que se derretía por el calor de su cuerpo. Sin importar que tanto se moviera el sabia que no podía escapar de esta tumba gélida en la que el mismo se metió.

Pasaron los minutos que se sintieron como horas, pasaron las horas que se sintieron como años, sin importar cuanto escuchaba como dos voces gritaban su nombre desesperadamente, como escuchaba como la nieve era removida cada que vez mas cerca de el, sin importar nada, su cuerpo acabo sucumbiendo, no importara cuando quisiera su dueño que no se cansara, había llegado a su limite.

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"Levántate". Una voz ronca grito, y Okashi al escucharla se levanto bruscamente. 

"¿Quien eres tu?". Pregunto, buscando el origen de la voz, y también empezando a buscar su katana, que por extraña razón por mas que buscaba incluso por el suelo no la lograba encontrar.

Okashi empezó a mirar su ambiente al rendirse de seguir buscando su katana, mirando el ambiente que lo rodeaba, una tormenta de nieve igual a la que hacia poco había vivido mientras peleaba con sus hermanos... Y con ellos los recuerdos del suceso final llegaron a su mente.

Todo lo que recordó lo llevo a una única pregunta «¿Estoy muerto?» Fue la duda de Okashi ¿Estaba simplemente muerto, o ese espacio era un último esfuerzo por su cabeza de mantenerlo vivo el suficiente tiempo para que sus hermano y hermana lo encuentren.  

"Estas vivo, o bueno, estas lo suficientemente vivo como para que esto suceda". Dijo la voz gruñendo, claramente malhumorada. Pero lo importante era otra cosa, el como era posible que supiera lo que el pensaba. 

"¿Como sabes lo que estaba pensado, y a que te refieres con que estoy lo suficientemente vivo como para que esto suceda?". Confundido, extrañado, asustado, esa era la mejor forma de describir a Okashi, que esa cosa supiera lo que pensaba le ponía los pelos de punta. 

"Eso es simple de explicar, lo que sucede es un 'pacto' como ustedes le dicen". Dijo la voz, aun sin mostrarse ante Okashi.

"¿Un 'pacto'?". Eso no ayudo a Okashi a entender lo que le dijo, quedo aun más confundido inclusive. 

"... Y se supone que esto la saque de tu cabeza, quien lo diría". Dijo la voz ahora algo risueña, inclusive burlándose de Okashi. "Bueno quizás el mirarme te haga refrescar la memoria". Dijo la voz, acompañada por un temblor. 

Poco a poco una gran silueta negra parecía teñir la nieve que rodeaba Okashi, silueta que rápidamente reconoció, su cabeza no se daría el lujo de olvidar esa silueta. 

"¡Quien eres tu!". Grito Okashi ahora mas alerta. 

"Ya lo sabrás en poco, maldito humano". Dijo la voz. 

De la nieve surgió aquel lobo que hacia poco estaba tratando de matarse mutuamente. 

"Yo soy aquello que todos temen al ver, yo soy aquello que ven los que dan su último aliento, yo soy aquello que protege la entrada de un paraje helado de muerte ¡Yo soy Garm!". Dijo aquel lobo con su cabeza frente a Okashi, mirándolo con claro odio en sus ojos.

"Tu hablaste". De todo, el hecho de que el lobo hablara fue lo que más sorprendió a Okashi.

"Ya veo, entonces supongo que si hablo contigo así lo único en lo que estarás centrado es en una bestia parlante". Dijo Garm en parte decepcionado. 

Una pequeña cantidad de nieve cubrió por un momento al gran lobo y cuando dejó de hacerlo, en vez del gigantesco lobo que hacía pocos segundos estaba ahí, ahora estaba alguien, alguien que seguro no era mayor que el propio Okashi. 

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