Capítulo 41: El pasado

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Narra Brenda

Al día siguiente, decidí dejar de lado todo el asunto de Laura y pensar en tener un día normal. Me arreglé para ir a la escuela.

Cuando llegué, vi a Alan en su salón, estaba solo, así que era un buen momento para acercarme.

- Mira lo que conseguí - dijo mientras abría su portafolio y pude ver que había unos CDs, aparentemente de películas.

- Yo me ocupo del pochoclo - dije sonriendo.

- ¿Te parece? Hoy en mi departamento a las 4 pm.

- Me parece genial - respondí antes de irme, ya que él iba a empezar su clase.

Después de la escuela, fui a casa a comer algo. Papá seguía quedándose a dormir allí y empecé a creer que había regresado con el propósito de recuperar a mamá... Por un momento, pensé que mamá lo había perdonado.

Unas horas después, fui al departamento de Alan. Justo cuando estaba por entrar al edificio, recibí una llamada suya.

- Alan... Pensé que estabas en tu departamento.

- Amor, discúlpame, tengo una reunión que no puedo posponer, pero llegaré en media hora. ¿Me esperas?

- Ok, te espero... Ya estoy aquí.

- La llave está...

- Debajo del tapete - interrumpí - Ya lo sé... Te veo en media hora.

- Te veo en media hora... Te adoro.

Y ahí estaba yo, sola en el departamento de Alan. Mi mirada se dirigió al librero y ahí estaba el álbum de fotos que habíamos estado viendo. No pude evitarlo, la curiosidad me estaba ganando. Quería saber más sobre esa tal Laura, más sobre lo que había pasado entre ella y Alan. Pero tampoco quería invadir la privacidad de Alan y desconfiar de él.

Pero no pude resistirme... En menos de un minuto, ya tenía el álbum en mis manos. Lo pensé un momento y luego lo abrí.

Efectivamente, tal como pensé, había fotos de ellos dos besándose, abrazándose, sonriendo, haciendo caras tontas. Se veían muy felices. Y luego recordé que la única foto de pareja que tenía con él era la que nos tomamos en nuestra cita en Shaftesbury. Tenía más fotos con él, pero no eran de pareja, eran solo fotos escolares, como cuando fuimos a México.

Laura era muy bonita, tenía el cabello rubio y rizado. Al parecer, tenía ojos verdes. Era muy alta y delgada, casi todo lo contrario a mí. Me estaba destrozando a mí misma.

Conforme avanzaba, quería saber más sobre el porqué habían terminado. Pasaba hoja tras hoja, soportando ver fotos de ellos dos besándose y demás, hasta que llegué al final.

Había un sobre. Saqué una carta y no estaba segura de si quería leerla. Después de todo, esto era de Alan y debía respetar su privacidad. Sin embargo, en el sobre vi la fecha y me llamó la atención, porque era la fecha en la que nos habíamos visto por primera vez.

Sin pensarlo, abrí la carta, respiré profundamente y comencé a leer:

"Alan:

Antes que nada, quiero que sepas que nunca he buscado lastimarte. Sé que no es la forma correcta de hacer las cosas y que no debí esperar hasta el último minuto para decírtelo, pero créeme que fue una decisión que tomé recién anoche.

Tú no tienes la culpa de nada. Soy yo la que no puede quedarse, pero quiero que sepas que a pesar de esto, te amo y me será difícil olvidarte. Sé que para ti será difícil entender esto.

Un Profesor EncantadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora