Creo que le gusta.
Creo que le gusta mucho.
Le gustó incluso más cuando el otro día le comentó en chiste que le haría un amarre para que no la abandone jamás. Que solo necesitaría una pieza de su ropa interior, y quizá un pelo, o una uña. Era obvio que era un chiste, no había posibilidad alguna en la que Violeta la abandone. No existía universo en cualquiera de los multiversos de los que explicó su existencia Chiara, en el que Violeta elegiría no estar a su lado. En el que elegiría abandonarla. << Que ridiculo, baby. >> pensó."¿Hay alguna realidad paralela en la que no me hayas besado?" Preguntó Violeta tiernamente, inclinándose hacia la pelinegra, acariciando su rostro contra el hombro que tantas veces utilizó de almohada.
Chiara negó. "No creo," respondió.
"Pero podría haberlo."
"Podría haber un universo en donde quien dio el primer beso hayas sido tu..."
"¿Te hubiera gustado pertenecer a ese universo?"
"No," respondió Chiara suavemente, rozando sus labios con la frente de Violeta. "Me gusta besarte."Y a Violeta le encantaba que la besara. Pero a veces le daba vergüenza, sobre todo cuando Chiara le daba besos en frente de sus amigos, y Martin y Juanjo se burlaban porque nunca la habían visto sonrojarse tanto. Y entonces Chiara la agarraba con más fuerza, apretando sus mejillas entre sus dedos y le daba muchísimos picos, causando que Violeta ría fuerte, con altas y estruendosas carcajadas que salen desde lo más profundo de su corazón, mientras abraza la cintura de Chiara y aprieta su piel que parecía diseñada para que Violeta tocara.
En las reuniones con sus amigos, descubrió que Chiara era más competitiva de lo que imaginaba. Que odiaba perder al Catan, que no sabía jugar al ajedrez, y que era bastante buena conquistando territorios en el T.E.G. Que era buena conquistando Violeta ya lo sabía. Lo sabía en piel propia.
A Chiara no le gustaba perder en el UNO, y el Monopoly le sienta aburrido. Y Martin era bastante similar a ella en ese aspecto, por lo que las partidas entre ellos terminaban a gritos, y a risas, y con algún almohadón que otro volando desde una punta de la habitación hacia la otra. Pero entonces ahí, la que sostenía su rostro con unas dulces caricias con sus pulgares era Violeta, para luego besarla tiernamente. Y los humos de Chiara bajaban. Pero en realidad nunca se enojaba en serio.
Violeta descubrió que Chiara nunca se enojaba en serio. Y si en algún momento estaba de malhumor o había tenido un mal día, simplemente se escondía entre sus brazos, y a lo mejor dormía una pequeña siesta que, como si fuera un bebe, lograba reiniciarla. Pero lo que más le gustaba de Chiara era que no importa cómo, no importa dónde, ella siempre buscaba tenerla cerca. Ella siempre la buscaba.
Y su obsesión por el contacto físico.
"¿A qué hora naciste?"
"A Chiara le gusta la astrología..." Explicó Lucas a esta chica Naiara, presunta cita suya, y nueva invitada en la reunión post clases. "Lee las cartas astrales y a veces tarot, entre otras cosas."Chiara sonrió orgullosamente, moviéndose un poco encima del regazo de Violeta que hundida contra el sillón, dibujaba círculos, estrellas, y personas con la punta de su dedo en la piel expuesta de la espalda de Chiara. Cada tanto se retorcía por las cosquillas, pero a veces se agachaba a propósito solamente para exponer más de su piel a las suaves caricias de Violeta, que por supuesto entendía sus intenciones, y pellizcaba juguetonamente su cintura, o se inclinaba para besar su hombro.
"¡A mí también me encanta la astrología!" Gritó Naiara, "pero no sé mucho sobre el tema. Me gusta leer el horóscopo."
Y empezaron a hablar de sus signos, que Naiara es Tauro, y que es tranquila y cabezona. Violeta se preguntaba si realmente esos signos tenían sentido, si en realidad las cualidades de las personas no dependían de las crianzas, y los modos y valores que construyen y transmiten las familias. Pero la manera en la que los ojos de Chiara brillaban cada vez que hablaban de estos temas era suficiente para creer en cualquiera de las constelaciones que brillaban en el oscuro cielo. Si un par de uniones entre estrellas la hacían así de feliz, entonces quizás habría que unirlas a todas. << Son infinitas, sería imposible, pero yo por ella lo intentaría >> pensó Violeta.
"Tengo que analizar sus cartas juntas." Murmuró Chiara divertida. "Para ver qué tan compatibles son."
"¿Analizaste las nuestras?" Preguntó Violeta curiosa desde atrás.
Y Chiara por supuesto que asintió. "Obviamente, amor." Respondió girándose para mirarla. "Somos bastante compatibles."
ESTÁS LEYENDO
superstición.
FanfictionVioleta nunca estuvo enamorada. En realidad, puede contar tres veces en las que debería haberse enamorado y no pudo. Son uno, dos, tres y cuando cierra sus ojos al final son dos semanas enteras en las que no habló con Chiara. Y se pregunta por qué...