EXPECTATIVA

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Lugo del celo de zhan, este enfermo. Yibo se preocupó mucho e hizo que el mejor doctor de la ciudad, especializado en omegas, lo revisara.

El doctor le informo al alfa que solo era una contracción debido al celo. Zhan estuvo en cama con fiebre, Yibo  se quedó a su lado. Día y noche. Esperando que el omega despertara y lo viera con sus ojos encantadores de siempre.

Zhan despertó completamente luego de dos días. Al momento que el omega abrió sus ojos lo primero que vio fue al alfa sentado cerca de su cama.

-¡Cariño! – expreso feliz el alfa.

Zhan se sobresaltó ante la alegre voz del rubio.

-Q ue bueno que despertaste ¿quieres comer? – pregunta poniéndose de pie.

-Tengo sed – murmura el omega.
Yibo se apresura y va a la mesa y sirve un baso de agua y se la tiende a Zhan. El ultimo agradese con la mirada y toma el agua despacio.

Los ojos de Zhan se vuelven a clavar en el rubio y lo ve todo despeinado, con su camisa desaliniada y bajo sus ojos unas, apenas notables ojeras. Lucia cansado.

-Me alegro que despertaste – repite con una sonrisa, se acerca y se sienta a al filon de la cama. Toma la mano de Zhan y la besa su nudillo con gentileza.

El corazón del omega retumba con fuerza en su pecho.

-¿Necesitas algo más? – pregunta con suavidad. Yibo teme que Zhan vuelve hacer uraño.

-Un baño – responde.

Yibo asiente a su pedido y se levanta. Dobla las mangas de su camisa mientras camina al baña para preparar la ducha a su esposo. No tardó en hacerlo y cuando sale Zhan ya se estaba levantando. Se apresuró para sostenerlo y ayudarlo a llegar al baño.

-Me retiro, cariño, grita si necesitas otra cosa – dice Yibo  dejándolo cerca de la tina al azabache y sale no sin antes de regalarle su última sonrisa.

Zhan se desviste y entra con lentitud al baño, se relaja y piensa en lo cansado que lucia Yibo  ¿será que se quedó a su lado mientras estaba enfermo? ¿Tendría tiempo? Negó alejando esos pensamientos pero no pudo. Se hundió su rostro hasta su nariz bajo el agua y formo unas burbujas, se distrajo con estas.

Cuando salió del baño visualizo a Yu Bin, este lo esperaba con una sonrisa que mostraba sus dientes, el sirviente lo ayuda a vestirse y Zhan no sintió raro ya que en su antiguo hogar también lo ayudaban a vestirse.

-Yibo, ¿él estuvo a mi lado? – pregunto con disimulo.

-¡Claro! – afirma – Desde que cayó en coma no se despegó de usted, incluso el cochino no se bañó – arruga su nariz ente lo último.

A Zhan se le escapa una risa. Pero ahoga entre sus labios.

-Pero no se preocupe, ya se está bañando – ríe Yu Bin.

Zhan niega y guarda silencio.

-Muy bien, ya está listo, tome asiento, cepillare su cabello – indica.

El azabache no pone objeción y se sienta cerca de la ventana donde el oega no tarda en pasar el cepillo por su cabellera.

-¿Puedo? – Yibo asoma su cabeza desde la puerta.

Zhan lo ve por un segundo y asiente mientras vuelve su vista a la ventana.
Yibo animado entra a la habitación de su omega, secaba su cabello con una tualla ya que no pudo esperar en ver a su lindo esposo recuperado. El rubio se queda en silencio y admira como su omega es cepillado.

-Olvide que deje algo en la estufa – Yi Bin para de cepillar el omega y le entrega el cepillo al rubio – termina por mí – le guiña el ojo, cómplice, Yu Bin sale con rapidez de a habitación.

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