Cenizas Quedan: RP#2©

Capítulo 29- Como ratones en serpentario

Capítulo 29

Como ratones en serpentario

"Un acertijo sencillo, pero la explicación

tendrá que esperar un poco"

Stephen King

Multimedia: Time of Dying- Three Days Grace

PD: holaa, siento el retraso, sé que debía ser ayer, pero no pude acabarlo, así que aquí está.

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La mano negra aguarda dentro de un coche fuera de un edificio de apartamentos, su enviado le dio novedades, Isabella buscará la maldita concha de mar, aquella era una leyenda entre los científicos de la época, él lo sabía porque a temprana edad mostró interés en la ciencia, por ello veía todo tipo de revistas, artículos, documentos y todo lo relacionado con ese enfoque, por allí conoció a Carmen Santo Domingo Peralta, una brillante jovencita tan inteligente como bella, aun a sus diez años, entendía el significado de su lucha, pero su suerte fue marcada por su apellido, su destino era convertirse en el rey de reyes, tener la red de tráfico más prolífera del mundo incluso sobre La Hermandad y La Triada, es su objetivo, es el legado de su familia, aunque su padre siga con vida.

Espera fuera del edificio pues a quien vigila siempre sale a las diez en punto a buscar golosinas a la tienda de enfrente, hasta verla, su rostro está despejado por una coleta de caballo, va en pijama y unos tenis, entonces se baja y finge estar en su camino para chocar con ella, tal como lo planeó, pasa.

—¡Dios! —exclama ella sorprendida, sus ojos están un poco hinchados y húmedo como si hubiera estado llorando muchas horas, aunque nada le quita la gracia de su hermosa personalidad—, lo siento, señor, no lo vi.

—Tranquila, no pasa nada —le sonríe amable—, ¿A dónde iba con tanta prisa? Si puedo saber.

—A matar las penas con azúcar —le regala una sonrisa preciosa ante sus ojos, mientras siguen el camino a la tienda—. ¿Y usted?

—Algo así, helado de chocolate —se excusa al entrar, es un almacén de 24 horas como muchas cosas en North Las Vegas, por ello hay un par de clientes a parte de ellos. Dentro las hileras de los productos van de un lado al otro y aunque no son muchas están bien surtidas de refrescos, golosinas, gomitas y en las neveras del fondo helados de todas las opciones posibles.

—¡Hola, Arnie! —saluda ella con emoción, los trabajadores de la noche le conocen por siempre verla allí en busca de algo de azúcar, generalmente a la misma hora, a veces lleva varios paquetes para no volver al día siguiente—, buenas noches.

—Buenas noches, bella —responde el hombre, aunque eso molesta a quien la acompaña; sin embargo, no puede delatarse—, ¿Quién te acompaña?

—Me acabo de estrellar con él fuera, como siempre la mente es otra parte —responde ella con alegría, eso a la Mano Negra le parece encantador, verla tan vivaz, tan dulce, es un alivio para el mundo de muerte en donde se mueve a diario, la sangre y las balas chocan con la mujer de ojos brilloso con sonrisa matadora, verla es un placer para él de principio a fin—, déjame invitarte una golosina por el golpe, ¿sí?

«Odio el maldito dulce» piensa, pero no es capaz de dañar la alegría en esos ojos castaños, por eso cuando asiente ella se emociona como niña, acelerándole un corazón casi seco por tanta muerte a su alrededor, por ello lo acepta, solo por adorarla como la diosa que es ante sus ojos. Van juntos a lo largo de la tienda, mientras él escoge algo para comer, pero ante su reticencia a esos sabores le cuesta elegir alguno, por ello, al final, toma la primera bolsa en el camino de sus manos. La mujer ya con su propia compra lo acompaña a la caja con una sonrisa.