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Fin de semana... Podría estar de fiesta en la casa de Rose pero me encontraba aquí...

¿Cuál era mí maldito problema? ¿Que demonios me estaba sucediendo?

Ajusté los guantes entre suspiró mientras me acomodaba aún sentado en la moto estacionada... Frente aquel concesionario en donde trabajaba Lalisa.

- ¿Que demonios hago aquí? -Se reprocha a sí mismo-

Suspiré frotando mí frente confuso.
Confuso y perdido... Así me sentía luego de estar con Lalisa.

No podía parar de pensar... Me maldecía por seguir recordando una y otra vez, aunque me intenté convencer de que era algo más que normal no podía dejar de pensarlo.

¿Cómo sería nuestra relación ahora? ¿Seríamos más cercanos? ¿Cómo debería actuar cuando nos veamos?

Todo eso pasaba por mí cabeza en una milésima de segundos... Todas eran preguntas y ninguna era una respuesta.

¿Que tenía ella que las demás no?

Porque jamás me sucedió esto... Con ninguna chica pensé en repetir y ninguna estuvo en mí cabeza más de una maldita semana...

Siempre tuve sexo casual... Con amigas y no amigas, rechazaba rotundamente el echó de repetir solo porque creía que era una aventura de una noche y nada más.

Siempre intentaba dejar claro ese punto importante...

No porque me guste jugar con ellas solo... Deseaba ser libre y acostarme con quién quiera sin tener que serle fiel a alguien...

Por eso me sentía confuso... Quería serle fiel a ella, a aquella chica que estoy mirando ahora mismo desde que me estacione frente a su trabajo.

Ya que la concesionaria tenía grandes ventanales se veía todo el personal allí dentro... Ella se veía ardiente con aquel vestido de una pieza, supongo que es un buen trabajo si te hacen vestirte tan formal.

Pero aunque sea formal nunca perdía ese toque sexi que Lisa siempre quería marcar en su vestimenta.

Levanté un poco el guante de mí mano derecha para mirar el reloj... Nueve de la noche marcaba mí reloj.

En una de las cortas conversaciones que teníamos los fines de semanas en la reuniones de amigos me había contado que salía de trabajar nueve y media de la noche.

¿Debería quedarme? ¿Que le diría cuando me vea?

- ¡Hola Lalisa! -Murmura eufórico- no... Eso suena muy emocionado... -Susurra el pelinegro-

Carraspeo la garganta...

- Ey... Pasaba por aquí ¿Quieres que te lleve a tu casa? -Murmura- no... Muy directo. -Se queja-

Gruñó frotando mí cabello algo desesperado... Esto era una idiotez.

- Mejor me voy de aquí... -Se queja el pelinegro-

Pongo las llaves en la moto pero me detengo cuando escucho unas voces salir de la concesionaria... Lalisa salía junto a un chico que supuse que era su compañero... Ya que lo había visto atender un par de personas antes.

Cómo estaba en la vereda del frente me quedé Tranquilo de que no me iban a ver... Los miró mientras hablan entre risas, no escuchaba exactamente lo que hablaban solo murmullos a lo lejos.

El chico abre la puerta de copiloto de un auto deportivo y Lisa le sonríe para luego subirse al coche... Fruncí el ceño mirando la escena.

El chico con una sonrisa le da la vuelta al auto para subirse de piloto... Y arranca el auto, entre cierro los ojos para ver mejor.

So hot (Liskook) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora