Un invitado no previsto

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Un día había pasado ya desde que se encontró con los cazadores jovenes y a aquel pilar que si bien no lo asesino por no detectar nada peligroso en él solo le advirtió que lo estaría vigilando, sus queridas concubinas Inoko, Zenko y Sumiko fueron aceptadas rápidamente en las casas, como agradecimiento por esto el pilar y los niños estuvieron diciendo que los bellos kimonos que portaban eran obras suyas y una que otra concubina de bajo rango llegó a la casa glicinia buscándolo, sin embargo aquel aroma a glicinia ya le había logrado irritar por lo que optó por buscar otro lugar en el cual montar su estudio y de paso refugiarse durante el día

Así fue como durante toda la madrugada estuvo buscando algúna casa o burldel lo suficientemente desocupados como para arrendar durante el corto periodo de tiempo que pasaría en aquel lugar, no tuvo que buscar mucho pues encontró lugar en el segundo piso de una pequeña casa cuya dueña ofrecía a sus hijas como damas de compañia, no le tomo mucha importancia a aquella negligencia y acepto la oferta de hacerles trajes gratis a las chicas durante el tiempo que pasará ahí a cambio de no cobrarle, no tendría ningún problema y las chicas eran lindas así que si usaban alguno de sus trajes le servirían de promoción, durante toda la mañana paso organizándo sus materiales y terminando algunos trajes que ya tenía preparados, para cuándo la noche cayó decidió entregar aquellos que habían sido solicitados el día anterior, le hizo muy feliz mirar el brillo en los ojos emocionados de aquellas damas al ver sus nuevos kimonos, el dinero que le entregaron por ellos no importo cuando su verdadero pago era el que sus diseños fueran apreciados

–Takeo...– una mano se poso en su hombro, le hizo sorprenderse momentáneamente hasta que reconoció a la persona que le había nombrado

–¿¡Que se supone que haces aquí!?– Yushiro se sonrojo un poco al recordar cómo había llegado a la conclusión de que debía seguirlo

–¡No es seguro que andes solo y sin ocultar tu presencia!– dijo la verdad a medias frunciendo el ceño solo para ignorar el bochorno que le provocaba

–Yushiro...– suspiro algo resignado por la poca confianza de su compañero –se supone que quiero que las concubinas vean mis productos, si me oculto nadie las verá

Aquello tenía sentido aún así Yushiro comenzó a seguirlo en dirección a su lugar de residencia actual

–Entiendo pero aún así necesitas protegerte por si acaso– concluyó con una sonrisa autosuficiente, La señora Tamayo se mostró muy alegre cuando expreso que seguiría a su compañero de cabellos púrpuras

—Yushi, regresa con mamá por favor– pide lo más amable que puede cansado de que aún tener que soportar a su muy sobreprotector amigo

–Deje suficientes sellos y Chachamaru me avisará si se encuentra en peligro ella estara bien– replica totalmente convencido de que tenía todo perfectamente planeado para poder acompañar a su compañero por varios días o hasta su regreso

–¿Acaso no quieres aprovechar este tiempo para estar con mamá?– uh, golpeó bajo pues la expresión de Yushiro comenzó a temblar buscando una excusa valida

–...B-bueno...Yo...– tembló, su voz se entrecorto mientras agitaba sus manos buscando una buena respuesta –Eso no importa tenía que acompañarte

–Tu...– lo observó un momento con l mirada entrecerrada, no tenía ganas de ponerse a indagar sobre aquello y queria seguir con su misión autoimpuesta –como sea, solo no te entrometas en mi trabajo

–como digas– rodó los ojos comenzando a seguirlo

Después de dar un par de vueltas realizando entregas y tomando unos pocos pedidos pues al parecer la fama de sus atuendos se extendía rapido fueron de vuelta hacia la casa en la cual se hospedaba, Takeo quería volver a usar el traje que había usado el día anterior para seguir desfilando por la calles atrayendo las miradas, al parecer es una buena forma de atraer posibles compradores, tal como había hecho se puso su bonito kimono abierto con aquel obi violeta que realizaba su cuerpo dándole una apariencia aún más femenina, le desagradaba un poco esto último pero le funcionaba

–¿Que traes puesto?– interrogó Yushiro horrorizado de ver a su compañero vistiendo algo tan descarado, vulgar y revelador a su parecer

–duh, tengo que promocionarme de alguna forma ¿No?– no entendió la reacción del ojilila por lo cual respondió desinteresado comenzando a peinar su cabello como anteriormente lo había hecho

–¡Pero no así!¡Quitatelo!– comenzó a jalonear el obi buscando deshacerse del aspecto femenino de su amigo, no lo permitiría, eso podría confundir a muchos, podrían faltarle el respeto

Entre forcejeos y golpes ambos cayeron al suelo, Yushiro sentado sobre Takeo teniendo más comodidad para quitarle ese espantoso vestuario que si bien era hermoso le hacía sentir extraño el ver a su compañero usandolo

–Oye, oye ¡quítate!– el pelipurpura ya impaciente comenzó a moverse tratando de quitar a Yushiro de encima, solo conseguía que su ropa se aflojara más

–¡Quitatelo!– exigía el mayor ya habiendo descubierto los brazos y parte de el pecho de Takeo

–¡Muévete tonto!

–Señorita Ryuko~– inesperadamente el shoji que dividía la habitación fue abierto por la dueña de la casa quien quedó algo confundida más no sorprendida por aquella escena –oh...

–¡no es lo que parece!– grito el muchacho de ojos lilas aún con las telas del obi en sus manos completamente rojo al entender el contexto de la situación

–¿Ya le cobraste?– fue la única pregunta de parte de la señora antes de que la risa de Takeo los interrumpiera

–Salga por favor...– pidió amablemente el menor mirando a la señora quien asintió cómplice volviendo a cerrar el shoji, oyeron sus pasos alejarse antes de volver a suspirar aliviados de que la escena no se tornará más extraña

–asi que ¿Señorita Ryuko?– se burló un poco Yushiro quitándose de encima de su compañero quien de un momento a otro enrojecio desviando la mirada

–No le renta a hombres...– aún en el suelo comenzó a recriminarse mentalmente por aquello aún sin saber por qué le avergonzaba tanto

–ah– una exclamación simple salió de la boca de Yushiro al comenzar a vagar en sus pensamientos sobre la absurda situación en la que se encontraban, nunca habían hecho algo así, nunca había visto a Takeo asi

–¿Podrías...– interrumpió las divagaciones el menor señalando el obi violeta aún en la mano de Yushiro

–Ah, si, lo siento– se disculpo entregándole la prenda

–Se que es incómodo para ti pero– inicio Takeo listo para defender su deseo por diseñar prendas para todas las mujeres de aquel lugar

–No, está bien, ¿Te hace feliz no es así?– asintió entendiendo la sitú
uación de su amigo de ojos verdes –entonces está bien para mí

–Gracias Yush...

Ambos sonrieron, aquel momento se sintió diferente para Yushiro, por alguna razón Takeo brillo más de lo normal y solo pudo disfrazar su desconcierto con su mejor herramienta

–idiota

Murmuró de forma burlona ganándose un pequeño golpe de el hombro de parte de su querido compañero

。:.゚۞sʜᴀᴍᴇʟᴇss❣゚.:。+゚

Este capítulo sería más largo pero decidí dividirlo en dos pues la pelea con Gyutaro traerá un poco más de desarrollo a Takeo

Ñam, y también a partir de aquí habrá un punto de partida para que la relación se desarrolle así que pronto tendrán más que un beso

¡Claro! Eso solo no le pasa nada a Tamayo (◕ᴗ◕✿)

Shameless (Yushiro x Male Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora