El castaño se acurrucó al otro extremo de la cama recuperando el aliento, había dado lo mejor de él para satisfacer al moreno que yacía descansando a su lado. Sus manos acariciaron delicadamente aquellos sedosos cabellos que habían llamado su atención desde el comienzo. La respiración del alfa lo estremecía un poco y a la vez lo llenaban de ternura. El aroma a eucalipto estaba por todos lados, un olor algo peculiar, pero agradable a su parecer.
Los delgados dedos del omega continuaron, esta vez se deslizaron por la bronceada piel del torso hasta bajar un poco más abajo del trabajado abdomen del chef. No es algo que acostumbraba hacer muy seguido ya que rara vez dejaba exhausto a algún cliente que pagara por sus servicios. El alfa se removió al sentir su tacto, por lo que decidió ser un poco más suave para no despertarlo.
Recordaba claro las instrucciones que le dieron en recepción. Esa debía ser una noche especial, no dudaba que había cumplido con el trato y mucho más al haber tenido 4 rondas sin parar. Dejó de tocarlo, se acomodó de espaldas y, aún con las caderas adoloridas, se cubrió con las sábanas.
Seokjin sentía un sentimiento de culpa y sabía muy bien cual era la razón, la persona a su lado había logrado llenarlo de vida en solo una noche y eso lo asustaba. Mientras Kyun descansaba cómodo en su hogar, él se permitía disfrutar del calor y la pasión de otro. Normalmente eso no pasaba, el sentimiento de asco prevalecía hasta el final, en el cual se levantaba e iba directo al baño a retirar el olor y los fluidos del sexo; pero esta noche no era así. ¿Qué pensaría Kyun si lo supiera? ¿Lo perdonaría? ¿Es que acaso ya no amaba a Kyun?
La fuerte manos del alfa apresaron sus caderas, sus cuerpos encajaron y la respiración del alfa chocaba directamente con su nuca, causándole leves espasmos.
-Suyeon-Susurró casi inaudible.
Seokjin volteó y lo miró confundido. El alfa aún dormía.
-Suyeon, que hermosa estás hoy.
La respiración del azabache comenzó a precipitarse y con ella, la rudeza de sus toques en el cuerpo contrario, que no hacía más que estremecerse.
-Mmm~ Hueles tan bien~
El alfa comenzó a morder su cuello juguetonamente, cosa que no le gustó, pues lo último que quería era ser marcado por otro que no fuera su alfa.
-¡Hey..., detente ya!-Interfirió y forcejeó.
-Suyeonie, no me dejes. Por favor...., no lo hagas otra vez.-El azabache se aferró a su cuerpo con posesividad, su aroma comenzó a marearlo y debilitarlo al comenzar a olfatear ansiedad y desesperación.-Te amo demasiado... por favor... no me dejes...no otra vez...por favor...por favor...
-Shhh, tranquilo, me quedaré contigo.-Susurró, finalmente, agotado por sus esfuerzos fallidos.
Esa fue la primera vez que escuchó ese nombre de los labios del alfa. Su curiosidad iba hacia esa mujer ¿Quién era y qué era del alfa?
Todas las noches con él pasaba lo mismo. Luego de terminar una sesión acalorada de sexo, Namjoon llamaba entre sueños a esa mujer. Ya se había acostumbrado a consolarlo, llenarlo de cariños y a reemplazar el calor de ella para poder calmarlo. No podía negarse. No cuando su lobo disfrutaba de las muestras de amor que se había acostumbrado a dar a cambio de las palabras "Te amo" y "Te deseo" de los labios de otra persona. Quizás aquello era lo que le hacía llenar ese vacío que su verdadera pareja había dejado en él.
"Impostor... tú no eres Suyeon"
Regresó a la realidad, estaba sentado en el sillón de terciopelo del alfa. El chef ingresó a la sala, lucía algo estresado y decaído, se preocupó por él. Sospechaba que algo iría mal desde que ese pálido de apellido Min había ingresado a la sala a llevárselo.
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Wanna taste you ✦ Namjin
Fanfiction⟡ ·˚ ₊ Un alfa frustrado luego de la anulación de su compromiso, encuentra consuelo en un omega que ofrece servicios "personales". Aquel chico será lo único que tenga en mente, su platillo preferido. ◃───────────────────────────────▹ ⚜ Idea origi...