XXIII

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Salieron de la hacienda y Alicia la llama, y le  informa de la reciente liberación de Jaime Villanueva, lo único malo de todo esto es que ahora la va a poder contra demandar; así que decide ir a la vecindad, para acabar con esta guerra de una vez y así asegurar su reputación.

Una vez Saúl llegó a la vecindad se acercó donde su madre, obviamente iba a darle la hermosa noticia de la liberación de su padre. Al cabo de un rato aparece doña Magda; diciéndoles que los vecinos tenían una celebración a mi padre por su liberación.

Cuando estaban celebrando, Saúl ve llegar a Lara con una bici; por lo que decide ayudarla a llevarla a su casa, cuando entraron en la propiedad, Saúl se encuentra con don Ricardo; mientras esperaba a Lara para volver a la fiesta, decide charlar un rato con él; descubriendo de este modo cosas muy interesantes de la vida de la nueva inquilina. Cuando Lara vuelve, Saúl invita a don Ricardo a la fiesta, pero este se niega en acompañarlos; por lo que sin más abandonan el lugar. Saúl decide presentarle a su padre a Lara, ya que ella llegó cuando él estaba preso; pero una vez presentada, Saúl ve llegar a su tormento a la vecindad.

Alía: Vengo acabar con esta guerra que no tiene ningún sentido.

Jaime: Si, y ese cambio tan repentino ¿a que se debe? Si yo llevo un montón de tiempo intentando hablar de buenas maneras con usted y nada, y que casualidad viene mi hijo y la convence de nuevas a primeras.

Saúl: Yo solo le explique lo importante que es la vecindad para nosotros.

Alía: Si eso es cierto, don Jaime su hijo solo me explico eso y yo lo entendí.

Entre la conversación de la empresaria y el dueño de la vecindad,  llega Margarita, la chica que Saúl defendió en Veracruz; lo malo era que venia llorando junto a Jimena.

Margarita: La mató, ese miserable la mató.

Saúl: Haber Margarita cálmate - se desmaya - tenemos que llevarla a un hospital.

Alía: Yo la puedo llevar en mis camionetas y  llevarla a un seguro privado.

Jaime: No se preocupe señora, no queremos sus limosnas.

Lara: Saúl, hazle caso a la doña; tu sabes lo que se tardaron en el hospital, el día que lleve a mi padre.  

Alía: Vamos.

De camino al hospital se notaba la incomodidad de Jimena, la cual se puso peor tras la conversación entre la rubia y el abogado.

Alía: ¿Esa es la chica de la que me hablaste?

Saúl: Si, si es ella.

Jimena: Ustedes hablaron de eso, pensé que solo habías ido  a tratar el tema de tu padre; o me estoy perdiendo de algo.

Alía: Si, pero este tema salió, porque tu novio me echo la culpa de haber dejado a esa chica sola, por venir a liberar a su padre.

El resto del camino ninguno de los tres volvió a pronunciar palabra; y era normal, ya que tras esa confesión, que si era cierto que no había sido nada grave; a Jimena le causó un poco  de inseguridad, saber que su novio y aquella mujer tan despampanante, tuvieran muy buena química. Pero todo esto quedo de lado cuando llegaron al hospital; Alía se encargó de dejar todo pagado, para el tratamiento y cuidado de Margarita; luego se marchó dejando a la pareja con muchos problemas.

✨️Si a todo si es contigo✨️ Volumen IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora