Soy un cerdo Pito-chico

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Porfín es viernes, hoy no tengo clase pero mañana se sale. Mi plan de viernes suele ser dormir hasta las 10, ir a comprar algo para comer, jugar al lol y hacer maratón de series o pelis, y luego por la noche salir a correr, cenar e ir a tomar algo con amigos.

La verdad hoy tengo ganas de que me usen un poco como su esclavo y me den tareas, total no tengo nada que hacer y lo que tengo que hacer no lo quiero hacer. Lo mejor es que Ana va a clase conmigo y como es una vaga y hoy no hay clase seguro que me manda alguna tarea así cutre, tampoco digamos que es una persona muy creativa.

-Buenos días dormilón. Hoy nos lo vamos a pasar genial. Despierta cerdito. Te espera un día muy largo.

Escucho una voz que me despierta, creo que es Lola, tiene una voz muy dulce y suave. Es muy bonita, no quiero que deje de hablar. Me encanta su voz, me está hablando de muy cerca y suave y lento, muy cariñosamente, me siento muy agusto.

-¡Que te despiertes!- Me grita mientras me levanta la manta y me da un bofetón con el que me despierto del todo, además me entra un frío muy desagradable.

-Anda mira quien ha dormido en sus nuevas braguitas. Tendremos que dejar de llamarte cerdito y llamarte cerdita.- me habla sorprendida y con una sonrisa. La verdad que su sonrisa me puede.

-Buenos días Princesa Lola.- le digo con una voz de tractor y bostezando.

-¿Quién es una buena cerdita y obedecerá a todo lo que se le dice? Túuu, si tuuuu

-Yo Princesa Lola, yo soy una buena cerdita Princesa Lola.-creo que es la mejor forma que me han despertado nunca, me encanta.

-Así me gusta cerdita, ahora levántate que te espera un día largo.- sigue hablándome con esa preciosa sonrisa que tiene.

-Sí Princesa Lola, gracias por despertarme así, me ha gustado mucho.- salgo de la cama en mi tanguita de encaje, con el que he dormido muy cómodo la verdad.

Lola sale de mi habitación y se va a la cocina, me pongo mi bata de ir por casa y voy tras suya, la veo salir de la cocina con unos platos con sándwiches llevándolos al salón, donde Ana está sentada en el sofá.

-Pero buenoo, como os lo montáis.- digo riéndome mientras voy a la cocina para hacerme mi leche con cereales como siempre.

-¿A dónde vas cerdita?- me pregunta Ana.

-Pues iba a hacerme el desayuno Princesa Ana.

-Nono, ¿las cerditas como tú no desayunan como personas o sí?- me dice vacilándome como siempre.

-Entonces que desayuno?- le pregunto con sarcasmo y tono de burla.

-Cerdita no le hables así a tu Ama, ven aquí, arrodíllate y formula la pregunta de nuevo.- me dice Lola señalando el suelo delante de Ana.

Me cago en todo porque odio a Ana, pero voy a hacerlo por Lola. Me dirijo al salón, me quito la bata, la cuelgo en una silla y me arrodillo frente a Ana.

-Buenos días Princesa Ana, discúlpame por haberte hablado así, no volverá a pasar. ¿Tienes alguna idea de lo que podría desayunar, Princesa?- intento esforzarme lo máximo para satisfacerla con mis palabras y que no se enfade.

Ana empieza a partirse el culo de risa, tanto que hasta le sale una lágrima. No digo nada por miedo a empezar mal el día.

-Lola enserio dime como has conseguido que este imbécil haga estas cosas. Dios lo que hacen un buen par de tetas.-dice mientras se ríe y llora de la risa, hasta que me escupe mientras habla.

Imagino que le pasará a mucha gente pero empezar el día con mala ostia me destruye porque luego me tiro el día negativo. Y realmente no quiero que ocurra, sabiendo lo que me espera hoy. No digo nada, sigo esperando una respuesta de Ana a pesar de que se esté riendo de mi.

Esclavo de VisitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora