𝟎𝟒︱jueves

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Estaba dando vueltas después de la escuela en las gradas, tomando su lápiz perezosamente cuando Mon se acercó tímidamente a ella. Era la primera vez que Sam la veía así. Por lo general, Mon la asfixiaba con atención no deseada.

—Hola Khun Sam. —susurró.

La tailandesa dejó su guitarra y notó su atuendo de manchas negras.

—Oye, pandita ¿cómo te va?

La menor se agarró a sus libros y se mordió el labio antes de hablar. —Nop me contó lo que dijiste el otro día acerca de darme una oportunidad y pensé que era divertido

—Oh. —exhaló—¿Por qué?

Mon abrió la boca y luego negó con la cabeza.

—No importa, es una tontería.

Se quedaron calladas hasta que Sam sintió el zumbido de su teléfono. Era su abuela ordenándole que fuera a casa inmediatamente. Recogió su mochila y su set de dibujo.

—Tengo que irme. Mi abuela se pone histérica si no llego a tiempo. —le explicó Sam. —Todavía estamos para el sábado ¿verdad?

—Sí—Mon sonrió débilmente.

Sam decidió ser audaz y besarla en la mejilla, Mon la miró boquiabierta.

—Genial, te veré en el juego mañana. —se despidió con la mano y se alejó.

Samanan nunca había dudado tanto en marcharse.

Una semana「Monsam」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora