𝟎𝟕︱domingo

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Sam se acostó en la cama todo el día reviviendo los eventos de la noche anterior en su cabeza. Para su gran sorpresa se divirtió mucho porque tenía a Mon cerca.

Al final de la noche temió que tal vez este plan suyo saliera terriblemente mal en algún momento. En lugar de empujar a Mon a la oscuridad, la empujaron a ella a la luz.

Quizás Mon no estaba nada mal. De hecho, Samanan se dio cuenta de que posiblemente, solo tal vez, existía la posibilidad de que también le gustara Mon

El baile estuvo genial.

La comida estuvo grandiosa.

Mon fue genial

Todo fue genial.

Incluso había una pequeña posibilidad de que pudiera haber besado a Mon ayer.

Pasaron por una heladería antes de dirigirse a casa después del baile. Mon estaba lamiendo su cono de helado mientras Sam hablaba de algono recordaba qué. No recordaba mucho desde que fue hechizada por sus labios. Trató de inclinarse, pero luego dejó caer su propio cono en su regazo

Fin del momento en que podría haber sido un beso.

—¡Khun Sam!

Saltó de la cama ante el sonido de su abuela gritándole. Corrió escaleras abajo para encontrar a Kornkamon en su puerta.

—Ahí está— suspiró la anciana.

Sam se acercó lentamente a Mon que tenía un abrigo muy familiar entre sus manos.

—Olvidé devolverte tu chaqueta de cuero—se la entregó. —Gracias

—No hay problema, podrías habértela quedado. Tengo otra. —mintió

Su abuela negó con la cabeza y los dejó a solas

—Escucha, Sam. Quiero agradecerte por darme una oportunidad después de que hice obvio que me gustas. —Mon giró su pie nerviosamente—Pero, solo porque me gustas no significa que debas sentirte obligado a hacerlo, ya sabesinvitarme a salir.

—No me sentí obligado.

—Solo pensé que era gracioso. —hizo una pausa y miró directamente a los ojos oscuros de la mayor—Sam, eres una buena chica, pero no quiero que me hagas ningún favor.

—¿Favor?

—Nop me mencionó que dijiste que me merecía una oportunidad y que querías tener la mente abierta. El hecho de que me gustes no significa que también deba gustarte. Así es como funciona, las personas no obtienen todo lo que quieren. De todos modos, vine para devolverte la chaqueta y darte las gracias por lo de ayer. Me divertí mucho.

Sam sintió que su chaqueta se deslizaba en el momento en que Mon también dio ese primer paso hacia su auto. Rápidamente se acercó a ella y la detuvo.

Mon miró la mano de ella que agarraba su codo.

—Mon. —frunció el ceño. —Si tan solo me hubiera tomado siete segundos agradarme, pero me tomó siete días

—¿Qué?

Sam no le explicó con palabras toda la semana que empezó a gustarle inesperadamente. En cambio, estampó sus labios en los de la castaña y solo le dijo todo lo que necesitaba saber.

Entonces, en ese beso de calcetines de leopardo, grafiti en el baño y camisetas personalizadas, se enamoró de ese chico excéntrico que no podía soportar hace una semana.

Mon se apartó: —Tengo vergüenza

—¿Por qué?

—Pasé cinco horas el fin de semana borrando nuestros nombres de los baños.

—Es una pena. —sonrió Sam, —Porque te aseguro que veían hermosos

Una semana「Monsam」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora