EL COMIENZO

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Era un martes 12 de marzo por la tarde, no podía soportar el sentimiento de ese gran cerote pidiendo a gritos que lo dejara salir y así lo hice. El mojón fue tan grande que tapó el baño y no pudo ser desechado por la tubería. Le llame a Enzo para que me ayudara. Entro Enzo y fue directo al baño, lo noté emocionado, pero espere.

Pararon aproximadamente 30 min y me preocupe un poco, así que decidí entrar al baño para ver lo que estaba sucediendo. Al entrar me vi envuelta en un escenario desconcertante. Estaba Enzo arrodillado en la taza del escusado con una cuchara en mano. Lo llame para que volteara, y así lo hizo. Me miro con unos ojos que expresaban terror, su boca se encontraba rodeada de restos fecales. Volee hacia el escusado y me encontré con un inodoro limpio, no había ni un solo rastro de lo que minutos antes obstruía el inodoro.

Tu -¡¿TE COMISTE MI CEROTE?!
Enzo - Emm... yo... lo puedo explicar.

Le hice una mueca de asco y rápidamente tome el tubo de pasta dental y lo exprimí en su boca, seguido a eso le tallé fuertemente sus paredes bucales. No me pareció suficiente, así que lo desvestí y lo metí a bañar.

Después de bañarlo no sentía que fuera suficiente, así que por mi cabeza surgió la idea de que tomar tequila lo desinfectaría por dentro. Rápidamente fui a comprar 2 botellas de tequila en la tienda cerca de mi casa. La tienda cerca de mi casa se encontraba cerrada, por lo que tuve que ir a una vinoteca que se encontraba a 1 hora de mi casa.

2 horas después finalmente llegue a casa, con 2 botellas de tequila en las manos y preparándome mentalmente para lo que estaba apunto de suceder.  Al entrar a mi casa me concerté al escuchar unos fuertes jadeos viniendo de la recámara, me asusté, ya que pensé que podría ser algún efecto secundario del consumo de materia fecal. Entré a la recámara, lo que pensé que no podría ponerse peor, lo hizo... entre sigilosamente, por lo que Enzo no se dio cuenta de que yo estaba ahí. Al poner mis ojos sobre el, no lo podía creer. La mirada de Enzo, antes elegante y respetuosa, se había convertido en una mirada desesperada y deseosa. Enzo se encontraba en una posición que yo nunca antes había visto, desnudo... su gran pedazo de carne, ahora erecto, se apoderaba de mi mirada, sus piernas se encontraban atoradas detrás de su cuello. Su mirada reflejaba placer y podía ver su mano acariciar su trozo erecto.
—Oh~ oh dios... oh, uh~ mas... necesito más...
Gemía Enzo desesperadamente, el tiempo pasaba y sus gemidos se intensificaban
—AAAHHH, pipi, necesito un pipí!! DIOS MÍO! OH, pipí chupar sexo ah~

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Vocabulario: "el/un pipí" = el/un pene

La sociedad del pipíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora