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"Un hola y un adiós"

U.Usted dijo- Su voz apenas salia quebada y cómo un susurro- Usted dijo que era una misión simple, que ella estaría bien y que volvería pronto,  usted dijo eso y yo, yo confíe en usted yo hice todo lo que me dijo, lo ayude cuando, en todo y ahora ¿Que? ¿Que me va a decir? ¿Que debo utilizar ese dolor como impulso para seguir adelante?- Las palabras apenas podían salir y las que salían tropezaban incapaces de formar alguna frase coherente-

El patrón no dijo nada, dejo que T/n se desquitara y le gritara hasta cansarse, dejando que simplemente saliera de su finca volviendo a la finca de las flores, dejándose caer de espaldas contra la puerta tras cerrarla con fuerza deslizándose hasta el suelo, soltando un grito que estallo en un llanto que resonó por toda la finca mientras sus ocupantes se enterarban de la noticia, ahogando sus gritos y soltando lagrimas por la perdida de su hermana mayor.

Al comenzar a caer la tarde, T/n apenas se había movido de su posición inicial, ahora recostando la espalda contra la pared de la habitación intentando no ver al rededor de esta, paso a mao por su cabello para quitar los mechones que se habían desordenado de su cara, sintiendo el broche de mariposa que Kanae le había dado cuando terminaron de construir la finca de un tirón lo saco de su cabeza viéndolo por unos segundos en su mano.

《-¿Te gustan?- Le pregunto Kanae mucho antes de ser pilar- Son para las personas y los niños que venga a vivir con nosotros, será como nuestro simbolo una forma de identificarnos, todos los que los lleven estas mariposas serán parte de nuestra familia-

-Están muy lindos Kanae-Chan- Le sonrió T/n-

-Que bueno que te guste, por que este lo hice para tí- Sonrió la cazadora colocándose detrás de T/n comenzando a arreglarle el pelo para colocarle el broche- Listo, ahora somos una familia, aunque eso siempre lo hemos sido- Sonrió abrazando a T/n de lado extendiendole un pequeño espejo para que pudiera ladear la cabeza viendo el broche-

-Es lindo, pero me gusta más este lado de aqui- Sonrió T/n ladrando el espejo enfocandolo totalmente a Kanae quien sonrió soltando una risa nerviosa-》

Recordando aquel día como luego se habían besado, separandose cuando Shinobu también entro a la habitación. Vio por un segundo más el broche en su mano lo abrazo a su pecho por fin levantando la vista a la habitación mirando con detenimiento cada rincón de la habitación sintiéndose miserable por no haber podido hacer nada por la mujer que tanto había amado por casi diez años.

Pasaron dos días hasta que T/n escucho como se anunciaba la llegada de los Kakushi con e cuerpo de Kanae,  sin fuerzas para salir de aquella habitación a la que se había confinado,  T/n solo dejo que pasaran otros tres días, en los que los gritos, súplicas, reprimendas y llamados de Aoi, las niñas, Kakushi, algunos de los cazadores que entrenaba, el mismo patrón y algunos de los pilares se hicieron presentes desde otro lado de la puerta, de todo, menos de Shinobu.

Se escondía el sol del sexto día, en el que T/n no dejo de moverse y tampoco T/n, quien camino de un lado al otro ordenando la habitación por última vez, tomando la katana que había utilizado para practicar todas y cada una de las posturas existentes incluso intentando crear la propia, además de otras cosas que ordeno en un bolso pequeño junto a su broche, saliendo de la habitación cuando el sol estaba por ocultarse y todos ya deberían estar en el comedor, aunque por el silencio, muchos deberían estar en sus habitaciones, en alguna otra parte de la finca o el jardín.

Pasando por última vez los pasillos de aquel hogar que hasta ese día había sido un lugar realmente cálido, T/n dejo como último lugar para pasear le jardín donde pasaba sus tardes libres con Kanae cuando coincidían. Encontrando por primera vez a la hermana menor de Kanae sentada en una de las bancas del jardín, con la cabeza agachada viendo sus manos o eso es lo que parecía desde donde estaba.

Juralo {Kanae y tú} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora