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A las once de la mañana, Freen entregó el pedido original de Becky. El lugar se había llenado a las diez, por lo que Freen tuvo que concentrarse en su trabajo, pero sus ojos de vez en cuando caían sobre Becky, quien la miraba y trabajaba en su laptop mientras comía.

A la una de la tarde, Freen entregó lasaña y un batido de mango en la mesa de Becky sin palabras.

-¿Estás tratando de hacerme engordar?

Freen solo suspiró ante su comentario- Solo come Becky- Sus ojos se dirigieron hacia el reloj de pared

-¿Por qué no comes aquí conmigo? Es la hora del almuerzo- Becky sugirió mientras observaba a la mujer mayor mirar el reloj de pared con desprecio

-No puedo, todavía hay muchos clientes. Tomaré algunos bocadillos entre tiempo- Respondió lo que era su rutina de todos los días

-Esta bien, asegúrate de comer algo- Becky dijo preocupada

Freen solo asintió y luego volvió al interior del mostrador para atender a los clientes en la fila, sus ojos se movieron hacia el reloj de la pared nuevamente. Temía el paso del tiempo, el pasar de las horas y el eco del tic tac de la manecilla del reloj parecía una burla, la charla que Becky quería tener con ella era algo inevitable.

¿Qué excusa puede ella inventar? Becky no cederá y sabe que no se irá a menos que obtenga la charla que tanto quiere ¿Qué puede decir ella? ¿Debería confirmar lo que Becky podría estar asumiendo? Podría solo decirle que tiene razón, que ella si la dejó porque quedó embarazada de otro hombre hace cuatro años, lo que también significaría dejarla creer que la engañó, algo que Freen jamás haría en su vida porque la ama y la respeta, aún estando separadas, nunca pensó en otra persona que no fuera ella, pero es mejor que crea eso que contarle a Becky lo que le pasó a ella esa noche. No quería recordarlo y no quería que Becky lo supiera, prefería seguir con su fantasía de que su bebé es de ellas dos a contarle toda la verdad. Es mejor que la odie a que se culpe a sí misma y sienta lástima por ella, lo cual sabe que Becky hará y ella no puede soportar eso.

Todo lo que Freen puede esperar es que el amor de Becky por su hija nunca cambie. Estas semanas demostraron que tiene un lugar especial en el corazón de su hija y ella sabe que si alguna vez Becky se distancia, su niña no podría soportarlo.
Emily solía preguntar mucho por su mamá, Freen usaba cómo excusa que Becky estaba trabajando muy lejos y no podían verla, pero ahora que la conoce y la quiere, si Becky la deja, el corazón de su bebé se romperá.

Sin embargo, Freen sabe que no puede culparla si decide irse. En realidad, Becky nunca mencionó la idea de querer formar una familia o tener un bebé con ella algún día, por lo tanto su partida puede ser algo inevitable, pero si ella puede tener un deseo, deseará que Becky todavía ame y quiera estar cerca de su hija. Si no es mucho pedir, quiere que se quede en su vida y reza para que Becky no deje de lado a su bebé, por irónico que parezca, aunque eso signifique verla muchas veces, lo cual romperá aún más su corazón al saber que ya no puede tenerla de la forma que quiere, pero eso está bien para ella.

Freen solía tener el corazón roto de todos modos y mientras Emily sea feliz, su corazón puede aguantar romperse un poco más.

A las cuatro de la tarde, Freen colocó un sándwich de la casa y una bebida de chocolate en la mesa de Becky, lo que provocó una carcajada de esta última.

-No sé lo que estás tratando de lograr, pero sabes muy bien que puedo aguantar mi caca durante mucho tiempo ¡ay!- Becky acarició su hombro que Freen golpeó cuando pronunció la palabra caca bastante fuerte

-¡Cuida lo que dices! Hay clientes Becky. Dios mío- Freen gruñó en voz baja y luego pisoteó sacudiendo la cabeza con incredulidad ante Becky, su infantilidad seguía intacta incluso después de todos esos años. La vio riéndose de ella disimuladamente, asi que la miro fijamente, haciendo que la chica más joven bajara la cabeza y continuara trabajando y comiendo en su lugar.

DESTINY - FREENBECKY Donde viven las historias. Descúbrelo ahora