No es el último maestro del aire

#8 Capítulo 4. Isla Ascua. Parte 2.

#8 Capítulo 4. Isla Ascua. Parte 2.

La prueba del elemento agua no tuvo éxito. Casi todo el día, Mei y yo simplemente retozamos en el agua, y si inicialmente la niña intentó apegarse a algún modelo de comportamiento frío, o como yo lo llamo, tsundere, al poco tiempo se lo quitó por completo de la cabeza y lo intentó. lo mejor que pudo para ahogarme.

A ella realmente no le gustó mi método extremo para lidiar con la dificultad de entrar al agua fría. Je je.

¡Y la pequeña nadaba muy bien, lo que le daba una injusta ventaja sobre mí! No podía ir más allá de mi cuello, mientras ella nadaba tranquilamente, su rostro irradiaba satisfacción engreída. A pesar de esto, pude ver claramente un ligero nerviosismo en ella sobre si esto me haría dejar de jugar en el agua con ella. Puede que sea inteligente, pero todavía es una niña, por lo que no fue difícil leer su rostro y su comportamiento. Aunque estoy seguro, dale un par de años y aprenderá a controlarse lo suficiente.

O tal vez no. Viviremos y veremos.

Salimos del agua cansados ​​pero muy contentos. Al menos así era, ya que hacía mucho tiempo que no me divertía tanto. Me sentí verdaderamente de mi edad, en lugar de leer libros constantemente. Quizás estas vacaciones no sean tan aburridas como pensaba.

Mei también parecía complacida. Incluso sus respuestas sarcásticas se volvieron menos venenosas.

"Muy bien, pequeña, ¿a la misma hora de la noche, en el mismo lugar?" Aclaré después de un rato, una vez que nos secamos por completo y llegó el momento de seguir con nuestros asuntos. O más precisamente, después de tanto tiempo, los padres podrían notar la ausencia de su segundo hijo y podrían surgir problemas que no necesitaba.

"No soy pequeña", me corrigió Mei de nuevo sin la chispa habitual, "Y sí. Por la noche en la misma playa. Nos vemos, Li".

"Nos vemos, niña", sonreí, abrazándola brevemente. Como siempre, ella se puso un poco rígida por el contacto, pero rápidamente se recuperó y me devolvió el abrazo a modo de despedida.

Y después de que terminó nuestro contacto físico, fuimos casi en direcciones opuestas.

Muy bien, ¿qué libros me quedan en casa?

***

El resto del tiempo en Ember Island pasó desapercibido. Casi todo nuestro tiempo lo pasamos junto a Mei, principalmente practicando sarcasmo y nadando. Ella intentó con mucha insistencia y sin éxito enseñarme a nadar, pero yo nado como un hacha, directo al fondo.

Sobre todo por lo divertido que Mei se enojó por sus fracasos al enseñarme. Ella se los tomó literalmente en serio y se enojaba cada vez que yo cometía un error.

Pero además de los momentos divertidos, también hubo otros no tan divertidos. Una tarde en particular, cuando, como siempre, nos reuníamos cerca del mismo árbol caído y podrido, Mei llegó antes que yo. Ella ya estaba sentada allí, mirando a lo lejos el océano, como en nuestro primer encuentro.

Maldita sea, parece que algo triste volvió a pasar en su familia. Ella todavía no me ha dicho nada sobre su entorno. Bueno, en realidad no he compartido el mío con ella. Simplemente nos apoyamos mutuamente en silencio en tiempos difíciles.

Sí, yo también tengo momentos difíciles, aunque en su mayoría no está relacionado con mis padres, sino más bien con la comprensión de la fugacidad de la existencia y el temor a los acontecimientos venideros.

A veces, ya sabes, todo se volvía demasiado y solo necesitaba un simple apoyo humano, que Mei me brindó. Sin palabras, incluso sin tocarnos, simplemente nos sentamos y miramos el océano, compartiendo el dolor del otro.