2• UN DIA COMUN

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Después de saber que no volvería a ver a mi papá salimos del cementerio rumbo a la casa me di cuenta que ahora éramos tres en la familia y nos teníamos que cuidar entre nosotros, si la perdida un familiar nadie se lo espera. Llegamos a casa nos acostamos a dormir porque en la noche empezarían los rezos para que el alma de mi papá descansará, nos levantamos a las 7 de la noche porque los rezos empezaban a las 8 de la noche lo único que recuerdo de ese día fue que había muchas personas entre ellas están amigos, compañeros de trabajo, vecinos, conocidos y familiares. Pasaron los nueve días y fuimos a dejar la cruz al cementerio, estubimos allí por una hora y media, cuando salimos de allí nos fuimos a casa mi mamá estaba muy triste por lo sucedido pasaban los días y mi mamá nadamás salía a comer y se iba al cuarto a seguir llorando. Fue hasta los dos meses que fueron mis abuelos a hablar con ella el dijieron que no querían que volviera a llorar que lo dejara descansar fue allí donde mi mamá recapacito y después de dos meses de estar encerrada y no querer salir de su cuarto, ya estaba tranquila porque sabía que tenía que ser fuerte para mí Hermano y para mí. Paso el año y mi mamá ya estaba trabajando, mi hermano estudiaba y trabajaba mientras que yo estudiaba y en las tardes acompañaba a mi mamá a su trabajo. En su trabajo mi mamá conoció a Emilio con el que se hizo muy buena amiga. Emilio ya sabía dónde vivíamos y luego iba a dejarnos comida o regalos. Estábamos empezando a agarrarle un cierto cariño a Emilio.

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