Estaba regresando a mi casa, junto con mi novio, Matías. El manejaba el auto, yo iba en el asiento de copiloto y atrás iba su amigo Felipe. Matías se ofreció a llevarlo a su casa después de haber asistido a los premios Goya.
Notaba como Matías no estaba de buen humor, a pesar de haber ganado un premio. Felipe solo estaba en silencio al igual que yo, llegamos al departamento de Felipe y Matías se estacionó.
Felipe: nos vemos chicos, gracias por traerme
- Adiós Feli, espero verte pronto!
Matías: no te preocupes hermano, nos vemos
Felipe bajó del auto y Matías comenzó a manejar nuevamente, iba a una gran velocidad pero estaba concentrado en el camino.
- Me puedes decir que ocurre? Te noto enojado Mati
Matías: Que crees tú qué ocurre? Acaso no has estado durante toda la gala hablando más con Enzo que conmigo?
- Mati pero solo estaba poniéndome al día con él, no tienes por qué enojarte
Matías: me enoja que te mire tanto. Parecía que te comía con la mirada
- dale Mati, estás exagerando. Puse una mano sobre su rodilla, ya había bajado la velocidad del auto pero aún no estabamos cerca de casa.
Matías: no estoy exagerando Ale
- detén el auto Matías. Sorprendentemente hizo caso a lo que dije, se estacionó frente aún parque solitario.
Matías: que pasa ahora?
- escucha, no importa lo mucho que Enzo me mire, acaso el me puede tocar de la manera en que lo haces tú?. Tomé una de sus manos poniéndola sobre mi muslo y trate de acercar mi cuerpo al suyo. -Dale Mati, solo tú puedes tocarme y hacerme sentir que estoy en el paraíso.
Acerqué mi rostro al suyo juntando nuestros labios, lo besé desesperadamente y buscando más contacto con él. Matías retrocedió su asiento lo suficiente como para que me coloque sobre él.
Matías: amor, nadie te va a tocar como yo, en eso tienes razón.
Ya estando sobre él, comencé a dejar besos por su cuello y saqué mi blusa que llevaba puesta. Matías comenzó a dejar marcas en mi pechos y yo enredaba su cabello entre mis manos.
Moví mis caderas sintiendo el miembro erecto de Matías, quité su cinturón y el me ayudó a bajar su pantalón. Subí mi falda que llevaba puesta y me quité la lencería que llevaba puesta.
- Toda tuya Mati. Nuevamente ataqué sus labios y sentía como Matías pasaba sus manos por mis caderas, haciendo que me mueva sobre él, rozando nuestras partes.
-Amor por favor. Supliqué poniendo mi rostro en su cuello, no pasó ni un segundo y Matías entró completamente en mí, parecía que nuevamente estaba furioso, sus embestidas empezaron de una manera fuerte.
Yo solo soltaba un gemido tras otro, gimiendo su nombre y aferrando mis manos al respaldar del asiento. Sujetó mis caderas haciendo que de saltos sobre él. su miembro tocaba mi punto G, cada embestida estaba llena de placer
Mati: sos solo mía Alessa, de nadie más
Sonaba bastante agitado pero sus embestidas no se detenían, eran tan fuertes que llegué al punto de dejar caer una cuantas lágrimas.
- más~ amor un poco más~
Solo fueron suficientes unas cuentas embestidas más y llegaste a tu orgasmo, al mismo tiempo que Matías. Al terminar soltaste un gemido y le diste un beso a Matías.
- nadie me hará sentir como tú Mati
Soltaste una leve risa al igual que él, y volviste a sentarte en el copiloto.
Matías: llegamos a casa y celebramos por el premio, hermosa.
- Me acabas de hacer mierda en el auto, todavía quieres en la cama?
Matías: fuiste vos la que me dijo que detuviera el auto
Encogió los hombros y nuevamente se formó una sonrisa en su rostro.
- Dale, no me puedo negar a tí
Matías: bueno, me va a tocar manejar rápido otra vez...
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