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Max

Yo era un chico que no salía de casa, me parecía innecesario, sobre todo porque vivo en Texas y no me parece gran cosa salir, mi guitarra es lo único que necesito para vivir, nada más, iba al instituto en moto, no tenia muchos amigos porque no me gustaba socializar, la gente pensaba que intentaba hacerme el interesante para que todos me mirasen, pero era todo lo contrario, odiaba que las personas me tomaran en cuenta, en algunas ocasiones estaba bien, pero intentaba pasar por desapercibido, así fue desde que era pequeño, mis padres salían a trabajar y no volvían hasta altas horas de la noche, por lo cual casi nunca los veía, para mi estaba bien, no me importaba, crecí así, mi aspecto era descuidado, no me gustaba ponerme cosas en la cara al menos que sea un piercing, tengo la piel pálida, algunos pensaban que tenia anemia, fue gracioso porque no era así, mis ojos siempre andaban rojos por los cigarrillos que fumaba en el día, mi pelo siempre andaba desordenado, me lo pintaba de varios colores, en mi labio inferior tenia un piercing color plateado, tenia algunas heridas en mi cuerpo, sobre todo por la moto, tengo una cicatriz en el cuello debido a un accidente, pero jamás iba a dejar de conducirla, mis nudillos estaban rojos, a veces lastimados, mis dedos tenían heridas debido a la guitarra eléctrica, tenia un mejor amigo, Theo Brown y mi novia,  Lidia Anderson, estaba con ella hace un año, me parecía raro que siempre prefería estar con mi mejor amigo que conmigo, un día, a ella se le había olvidado sus apuntes así que decidí llevárselos, la seguí a través de las personas y ella entró a un salón, decidí quedarme un rato afuera a que salga, no lo hizo, así que decidí entrar, me quede paralizado, con las manos temblando y una presión en mi pecho, ella y mi mejor amigo besándose ¿cómo nunca me imagine esto? Quizá porque le tenía mucha confianza y jamás pensé que seria capaz de hacer eso, especialmente conmigo, los apuntes de Lidia cayeron al piso, sentí lagrimas caer por mis mejillas, quería salir de ahí, quería pensar que todo era un sueño, que no era real, olvidarme del mundo, esto no era una pesadilla, esto era muy real, hubo silencio, entonces Theo lo rompió de la peor manera.

-Max, lo siento ¡fue un error! Jamás te haría esto, lo prometo, tú lo sabes.-él se mostraba arrepentido, en ese mismo momento sentí como si me fuera a caer al piso, mis manos me temblaron, era imposible moverme hasta que por fin reaccione, me fui corriendo, deje a Theo y a Lidia atrás, sentí que el mundo estaba en mi contra, estaba con los ojos llenos de lágrimas, estaba distraído, quizá por eso choque contra un chico, me quede en el piso mirando mis manos rasguñadas por el golpe, había usado el puño para evitar la caída y fue un error porque mis nudillos terminaron lastimados, escuche una voz que me hizo levantar la mirada, el chico rompió el silencio.

-Lo siento ¿estas bien?

Se notaba preocupado, yo solo me limite a mirarlo.

Después de unos segundos volví a mi realidad al notar que alguien tocaba mi hombro, me di cuenta que tenia lagrimas aun en mis mejillas, mis ojos estaban rojos y mis nudillos lastimados, noté su mirada de preocupación.

-estoy bien, no te preocupes yo..-no pude terminar lo que quería decir, él me interrumpió.

-No, no estas bien, lo se

El me ayudo a levantarme, me arrastró a un lugar alejado de todos, agarró de su mochila un trozo de papel y me lo paso por las heridas, solté un quejido y el solo me miro.

-no es necesario, estoy bien-dije alejando mis manos de el-

-lo siento, aun sigo pensando que es mi culpa ¿tu eres?..-dijo curioso-

-Soy Max Hanson-dije con la voz temblorosa-

-Bueno, Max, Soy Oliver Miller, creo que compartimos clase.

El sonaba seguro, en ese momento me di cuenta que no le mostraba atención a nada, debía evitar ignorar todo a mi alrededor.

-No, no recuerdo, lo siento -el soltó una risa nerviosa antes de hablar.

-No te preocupes, es normal, a mi me pasa todo el tiempo, siempre me olvido -sonó medio nervioso pero no le di importancia, como siempre.

Vi a Theo pasar, se detuvo a mirarme antes de seguir su camino, yo solo agaché la cabeza, sentí como bajaban lágrimas por mis mejillas, en ese momento quería salir corriendo, llorar en mi habitación y olvidarme de todo, vi que Oliver me miró triste al escuchar un sollozo que yo quería reprimir.

-¿Max? -hizo una pausa para hablar-¿Quieres?-antes de que el terminará sentí unos brazos cálidos abrazarme, no aguante más y empecé a llorar, no como otras noches, intentando reprimir mis sentimientos y no mostrarlos, esta vez lo hice con toda la fuerza que tenía, sentí vergüenza, sentí dolor, sentí odio, sentí lo que jamás sentí, decepción.

No hablamos durante unos minutos, no se cuantos, pero me soltó cuando empecé a calmarme.

-¿te peleaste? ¿Qué paso? Puedes contarme, no diré nada -el me miraba con pena y no tenia quien más me escuche así que le conté un poco de lo pasó, se veía triste, quizá incluso decepcionado de Theo, los había visto juntos algunas veces, pero jamás le tome mucha importancia, pase unas cuantas horas contándole a Oliver lo que me paso, entre otras cosas, nos habíamos saltado muchas clases, lo recordé cuando vi a varias personas correr a la cafetería, vi a una chica de cabello corto, color marrón y ojos color café, Oliver habló.

Maya!-la chica le dedicó una sonrisa y se acercó a nosotros, me fijé en ella, parecía agradable.

-Hermano, te busque por todas partes-me miró y preguntó-un gusto soy la hermana de Oliver ¿tú eres..?

-Soy Max Hanson, el gusto es mío.-ella sonrió, al parecer vio mis ojos rojos y me miró confundida, ella iba a preguntar algo pero Oliver le dio un pequeño empujón para que no hablara, ella frunció el ceño.

-Yo tengo que irme-agarré mi mochila llena de pines y rayones blanco que resaltaban por el color negro de mi mochila.

-Cuídate Max, nos vemos mañana-Oliver y Maya se despidieron y yo me aleje, me puse mis auriculares y comencé a caminar, una hora después ya estaba en mi casa y como siempre mis padres no estaban, subí directo a mi habitación, tire mi mochila a la esquina, mire a mi alrededor y vi lo aburrida que era mi vida, decidí darme un baño, después me puse una camiseta blanca y unos pantalones negros holgados, me senté en mi cama y agarré un cigarro de mi mesa de noche, lo prendí y empecé a fumar, estaba pensando, demasiado, quizá me había vuelto inseguro, quizá ya no era como antes, aunque siempre era así, pero evitaba demostrarlo, ahora me daba igual, intentaba distraerme de ese horrible, no pude, quizá nunca podría, quizá jamás lo podría hacer.

¡soy tan ingenuo, maldita sea!-perdí el control, tiré vasos, adornos, casi rompo la ventana, después no me acordé más, me levante en el piso con dos cajetillas de cigarros tiradas en el piso, vi todas las cosas rotas, menos mi guitarra, eso era un gran alivio, vi todo mi cuerpo, mis nudillos casi rotos, mis brazos rojos, con algunas marcas, mis piernas con algunos moretones, definitivamente se notarían días después, levante todo lo roto, limpie mi cuarto, hoy tenia instituto pero no quería cruzarme con Lidia y Theo, tenia un aspecto muy malo, estaba más pálido de lo normal, mis ojeras eran mas notables que nunca, el piercing de mi labio estaba sangrando un poco, no desayune, agarré mi mochila y me fui directo al instituto.

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⏰ Última actualización: Mar 14 ⏰

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El amor manchado de Lagrimas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora