11

963 139 13
                                    

Es tan cálido.

Los días habían sido tan fríos que tenía tanto miedo de morir congelado.
Ahora todo es tan cálido. ¿Todavía seguía en las calles?

Empezaba empezando a abrir los ojos pero una luz radiante no se lo permitió y mejor los volvió a cerrar.

—Espera un poco y tus ojos se acostumbran.—
Esa voz lo hizo saltar y retroceder.
¿Quién?¿Quién lo había sacado de las calles y que quería?
Volvió a intentar abrir los ojos y esta vez lo logró por más tiempo.La tranquila voz ahora tenía rostro un muchacho de largos cabellos negros y ojos pequeños marrones lo miraban.

—¿Quién-cf— la tos lo venció, pero una taza con una bebida caliente se le ofreció. No quería tomarlo, no sabía si esa bebida tendría algo.

Cuando él vio que no tomaría el té solo suspiro
—Tranquilo...mira — tomó un pequeño sorbo—¿Vez? No te hará daño.
Le acercó la taza de nuevo y esta vez con una rapidez empezó a tomar todo lo que podía.
—Tranquilo.. despacio te puedes ahogar.
Se sentó en la cama para mirar la habitación, era especiosa y con muchos detalles elegantes. Mire de nuevo a la persona.

—¿Qué pasó?¿Donde estoy? —

El hombre le dio una sonrisa tranquila, por alguna razón esa sonrisa le trajo un poco de paz y seguridad.

—Mi nombre es Geto Suguru y te encontré en muy mal estado—su mirada se volvió más seria—Pudiste haber muerto...

El estómago le empezó a doler ¿era de preocupación? ¿De lo que pudo haber pasado?
Su triste y vacío final, no hubiera logrado nada y nadie lo hubiera reconocido sería un cuerpo sin nombre al que nadie reclamaría.

Tal vez Satoru lo haría ¿Se pondría triste por el?

—Oye —Suguru le llamó la atención otra vez.—¿Puedes contarme lo que sucedió?

—Mhhh— negó —

¿Si no le contaba lo iba a abandonar? No quería,el solo recordar un poco lo hacía querer vomitar,pero este lugar era tan cálido no quería que lo sacaran.

—Yo...

Una cálida mano acarició su cabeza cuanto levantó la mirada y los cálidos ojos del Señor Suguru lo encontraron, la mirada era igual de cálida que las cobijas que lo mantenían caliente, unas pequeñas lágrimas empezaron a salir.

—No te preocupes me lo contarás algún día¿verdad?

Asintió ahora sin el peso de preocupación en su cuerpo, dejó que el Señor Suguru le diera mimos, no se sentía horrible como cuando Vernon lo tocaba.

El timbre de la puerta sonó y Suguru fue a ella.

—Ya llegó la cena...

Cuando los mimos cesaron un poco de preocupación regresó.
—Pero... ¿Qué pasará conmigo?

Geto Suguru solo sonrió mientras recibió la charola de comida.

—Solo quiero... Que disfrutes tu vida ahora y en el futuro.






Ya había pasado una semana y El señor Suguro siempre fue muy amable con el, preguntándole si estaba cómodo o necesitaba algo cualquier cosa desde un vaso con agua hasta un abrazo, pero también podía ver su otra faceta. Cuando el Señor Suguru miraba a los empleados u otras personas los miraba con asco y desprecio.
Tuvo miedo al principio, de que el señor Suguru empezara a mirarlo así también pero cuando encontraba su mirada solo le sonreía cálidamente y acariciaba su cabeza.

Por fin la visita del doctor llegó.
—Parece que ya estás mejor , Pequeño.

El señor mayor le dio una sonrisa amable y  le dio una paleta después del chequeo.
—¡Muchas gracias!—La acepto con una gran sonrisa.

Magia Jujutsu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora