♡; O3

193 31 2
                                    

Las luces ya estaban apagadas, y la única encendida era la de la entrada principal de su casa. Se acercó a pasos pesados y lentos, sacando sin ánimos las llaves de su bolsa. Con la misma desilusión abrió la puerta y la cerró de un rápido movimiento, observando la solitaria sala una vez que se fijó en ella.

Normalmente, Mina estaría alegre de estar en casa, pero en una noche como esa, todo, hasta la más mínima cosa, le parecía totalmente triste. O por lo menos, vacío.

Mientras subía las escaleras, a su mente llegaban pequeñas imágenes de sus mejores amigas y ella, estando juntas, sonrientes y alegres, como siempre se les era costumbre ver cada que estaban juntas, las tres. Llegó a su habitación y sin ilusión alguna observó la puerta, quedándose en su propio mundo, pensando en miles de cosas y a la vez en ninguna. Su mente estaba hecha un caos.

Entonces, ¿esto sería un terrible final?, o tal vez y con anhelo esperaba, un difícil comienzo.

Lo cierto es que, ella no se lo había tomado tan mal, es decir, es Im Nayeon, su mejor amiga de toda la vida, la Alfa sobreprotectora y cariñosa que siempre las ha cuidado y a la que tanto quieren. Mina no niega que alguna vez llegó a ver con otros ojos a la coreana con sonrisa de conejo, pero tuvo que borrar esa idea de su mente al recapacitar y darse cuenta de que solo eran mejores amigas, y que así iba a ser siempre. Hasta la noche de hoy.

Y por otro lado, Hirai Momo, la Omega de cabello oscuro a la cual apreciaba tanto como a Nayeon, puede que a ella nunca la haya visto como más que una hermana, pero ahora que el destino estaba escrito en su muñeca, las cosas cambiaban, y por supuesto que se abría a darle el amor que correspondía a su destinada, a sus destinadas.

Se recostó sobre su cama, ya en pijama y recién bañada, y mirando el techo, Mina se preguntaba cómo estaría Momo ahora. Su reacción no fue la más buena, y no la culpa, puesto que en verdad era difícil procesar que tus mejores amigas de años, ahora tendrían que ser tus intereses amorosos, tus destinadas, las personas con las que estabas destinada a pasar el resto de tus días. Y que no solo fueron dos de ellas, sino las tres.

Mina observa sus muñecas, viendo los dibujos junto a aquellos nombres plasmados ahí. Una marca que ahora las unía, más que como solo mejores amigas, sino como destinadas.

Cerrando los ojos, la rubia decide que es hora de dormir. Sus últimos pensamientos son aquellas chicas, sus chicas.

[Mi ; Mo ; Yeon]

Momo observa por su ventana, mira la brillante luna que se plasma en el inmenso y oscuro cielo frente a ella. Su mirada puesta en aquello, mas sin embargo, su mente era ocupada por una sola cosa. Sus destinadas.

Mina y Nayeon, oh vaya, sus mejores amigas habían resultado ser sus almas gemelas. Puede que sí, lo haya pensado una que otra vez, pero jamás la tomó con una muy grande posibilidad. Y ahora, de entre todo lo que se esperaba, resultó lo que menos hubiera creído.

Sus ojos se llenan de lágrimas, pues recuerda la forma en que la cara de Nayeon se tornó triste al ver como reaccionó.

"No, Nayeon, esto debe ser un error... Es decir, no pueden ser ustedes..."

Mina había parecido sorprenderse, pero también había un deje de tristeza en su expresión.

Ahora que ya está más tranquila y analiza sus actos y palabras, en verdad está arrepentida de lo que dijo, pero eso no cambia lo que siente. Todo era tan extraño, es decir, las chicas con las que por años convivió y trató como a unas hermanitas, ahora resultaban ser las personas con las que compartiría su vida el resto de sus días. O esa era la tradición.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 27 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

❣ ; intended.(mimoyeon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora