Peonias rojas

Buenos días

Durante el festejo de la fiesta de Pansy y Harry todo salió a pedir de boca, Hermione estaba muy al pendiente de lo que hiciera falta y de ver que los novios disfrutaran del festejo.

Muchos invitados más ancianos ya se habían retirado y algunos de sus contemporáneos seguían la fiesta, ella también se había relajado un poco cuando Pansy viéndola supervisando todo la llamó y le dijo – Hermione, te agradezco mucho todo lo que has hecho, pero descansa por ahora, disfruta tu también, Narcisa me dijo que ella se haría cargo. Anda ve a bailar- dijo Pansy tomándola por los hombros – Mira, allá está Oliver y no te ha quitado la mirada de encima.

La castaña miró disimuladamente hacia un grupo de chicos que charlaban tranquilamente y bebían un poco – Creo que podría invitarlo a bailar – Dijo un poco risueña y se volteó para saludarlo con la mano, lo que fue una clara invitación para el chico para acercarse.

No olviden protegerse– dijo Pansy al oído de la castaña que se puso roja de la vergüenza.

Pansy solía ser bastante sugerente y atrevida, en varias ocasiones le había sugerido que se divirtiera, aunque sabía que no le haría caso. Ella por su lado hacía un tiempo que había dejado de lado su vida sexual, desde que había terminado su relación con Ron para ser específica, no quería verse envuelta de nuevo en una relación en la que no se sentía bien y creía firmemente que si se involucraba sexualmente con alguien no podría separar las cosas, así como así, por lo que evitaba ese tema.

La ahora esposa de su mejor amigo se alejó antes de que Oliver llegara con la castaña para encontrarse con un contrariado Draco quien bebía de su copa con algo de enojo.

¿Por qué esa cara? ¿A caso mi fiesta no te parece lo suficientemente estimulante? – aunque la pelinegra sabía muy bien por qué esa cara, tomando en cuenta hacia donde estaba mirando tan insistentemente. Hermione había impactado a su amigo y ahora que el camino estaba trazado debía tantear las aguas para informar a Narcisa sobre su pequeño logro.

¿de qué hablas? – gruñó

¿por qué no la invitas a bailar? – señaló a la ligera

¿qué? – cuestionó él

¿te has vuelto un bobo o qué? – preguntó ella exasperada – obviamente hablo de Hermione, a quien no le has quitado los ojos se encima desde la ceremonia – él iba a interrumpirla, pero ella ágilmente levantó la mano continuando con su discurso – ella está soltera y tú también y no hay ningún tipo de impedimento.

Yo no busco una relación con nadie – dijo él tajantemente.

¿Por qué piensas que ella sí? – preguntó ella en el mismo tono.

Ella no es ese tipo de chica – contraatacó

¿Cómo sabes qué tipo de chica es? ¿Desde cuándo son mejores amigos para que tu sepas algo como eso? – Cuestionó ella sarcástica – Desde que terminaste el colegio te fuiste a vivir a Francia, solo regresas en ocasiones muy contadas, tu madre te extraña y tus amigos también te extrañamos – Ella se acercó – No tienes a nadie con quien compartir tu vida, yo solo quiero que seas feliz.

Soy feliz – dijo él claramente mintiendo para llevar la contraria a su amiga.

No, no lo eres, tu semblante es distinto cuando estás aquí a cuando estás allá solo en la lejana Francia – dijo ella poniendo su mano en el hombro del chico.

No puedo volver, ni siquiera puedo dormir en mi casa de la infancia, no lo soporto – dijo Draco desviando la mirada.

Lo entiendo – dijo abrazándolo – sabes que cuando te decidas puedes quedarte con nosotros.