Capitulo 1

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Kim Heechul se acomodó en una bola bajo la maleza mientras los carros pasaban zumbando. Jaló sus brazos bajo la camiseta, tratando de protegerlos. Él hacía lo mejor que podía. Pero incluso en la sombra, le ardían dolorosamente.

Aunque no iba a explotar en llamas como se describía en las películas de Hollywood, podría tener feas quemaduras. Tenía que encontrar un refugio, no podía seguir caminando por la carretera con el sol tan alto en el cielo.

Su estómago gruñó, estaba totalmente vacío, y se sentía mareado. Era solamente medio vampiro. Su madre había sido totalmente humana, así que él no vivía solo de sangre. La necesitaba como cualquier vampiro, pero su sed solo lo afectaba cada dos semanas, un vampiro completo necesitaba alimentarse una vez a la semana.

Cerró los ojos cuando sintió que el alto sol quemaba sus pupilas y secaba sus ojos. Heechul se rodó y sacó unas gotas para los ojos del bolsillo delantero. Sus dedos estiraron la piel y colocó algunas gotas en cada ojo parpadeando cuando el líquido cayó y entonces algo se derramó por un lado de su cara.

Parte del líquido que escapaba eran de las gotas y parte eran sus lágrimas. Ser medio vampiro solo le había causado dolor en su aquelarre. Los otros vampiros se burlaban de él, lo relegaban, literalmente, ellos lo ridiculizaban. Él no podía evitar necesitar comer alimentos humanos para sobrevivir, tampoco podía evitar el ser diabético.

Había estado a punto de morir en dos ocasiones cuando los vampiros que se burlaban de él le habían escondido la insulina. Él no era alto ni delgado, no tenía el distintivo cabello negro. Ni siquiera era tan fuerte como ellos.

Heechul era pequeño y tenía el cabello rojo naranja en punta. Ellos se burlaban de su voz infantil, de que fuera demasiado curioso y que hablara malditamente demasiado.

Heechul se había criado en el aquelarre, su madre murió cuando él nació. Él la había drenado desde el vientre. No fue algo que hubiera hecho intencionalmente, pero un vampiro bebé necesita sangre. Siendo su madre humana ella no estaba preparada para el embarazo.

El doctor vampiro la abrió para sacar a Heechul. Eso fue lo que su padre le dijo. La culpa de lo que había hecho lo había carcomido durante cien años hasta ahora. Él era considerado joven, pero ahora era un adulto.

Su propio padre era cruel y solía decirle lo que había hecho, quería ver el dolor del sufrimiento de saber que había matado a su madre. Desde los tres años, había llorado cada noche, deseaba tener una mamá que lo sostuviera. La madre que él había matado. Un hecho que su padre nunca dejaba que olvidara.

Quizás fue por eso que ellos hicieron lo impensable.

Ellos finalmente lo habían hecho. Lo habían expulsado de su aquelarre, a plena luz del día y amenazado con matarlo si regresaba. Heechul llevaba ya dos semanas viajando. La ciudad que acababa de pasar tenía un aquelarre, pero él no iba a ir con el príncipe y pedirle refugio.

Él había tenido suficiente de aquelarres para toda su vida.

Heechul se acostó bajo la sombra de un árbol, cansado y hambriento, perdido y solitario. Todo lo que él quería era a alguien que lo quisiera. Que lo abrazara y que le demostrara que le importaba.

Envolviendo sus brazos alrededor de su hambriento estómago, Heechul cerró los ojos y se quedó dormido.

SiWon estaba sentado en el cofre de su camioneta, que estaba estacionada en el camino de grava junto a los otros vehículos de los shifters. Lanzaba una pequeña pelota azul para el estrés y la atrapaba y la volvía a lanzar, malditamente aburrido.

Manada Park #16Donde viven las historias. Descúbrelo ahora