2. Las reglas

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2. Las reglas

Maliah

El beso duro unos cuantos segundos. En cuanto me besó no correspondi ya que me quedé en shock. Pero después pensé que iba a ser irreal y lo correspondi. El beso fue algo suave y a la vez algo brusco.

¿Besa bien?

Si... ¡¿Que?! No claro que no... osea si... Ay no fastidies.

Bueno...

Matteo se separó de mí. Me ardían las mejillas. Él tenía los labios algo hinchados.

Vi como Dexter se detenía y como que estaba cargando su pequeño cerebro. Pero se fue con el ceño fruncido. Danna nunca despegó su mirada de la mía. Y cuando la giró se vio apenada.

Matteo estaba cargando por lo que acababa de pasar. Estaba un poco ruborizado. Pero era un tono leve.

—Gracias Matteo.—dije después de salir del trance.

El me miró y su semblante fue serio.

—No pasa nada... Una pregunta ¿Tengo que fingir ser tu novio por un tiempo?

Mierda. No había pensado en eso.

—ehh... eso creo.—dije nerviosa.

—Por mi no hay problema, pero... yo no hago favores gratis.—sonrió inocente.

—¿Que quieres?—pregunte entrecerrando los ojos.

—Quiero algo a cambio.

—¿Que cosa?—pregunte curiosa.

—No te lo diré ahora. Después te digo. No es nada malo.—dijo y sonó el timbre de la escuela. Era hora de entrar a clases.

Empezó a caminar y yo lo seguí.

—Pero... debemos poner reglas ¿no?—dije y el asintió.

—Supongo que si.—dijo y siguió caminando hasta llegar a él salón.—en el receso las decimos, Minion.

Lo mire ofendida.

—¿Como que Minion?—dije frunciendo el ceño. Yo sabía que era muy bajita pero el no tenía derechos de nada para decirme "Minion"

—Eres muuuy bajita. Casi como un Minion.—dijo y hizo sus dedos como si me midiera.

—Y tu pareces un... Poste de luz.—dije después de pensar un rato.

—Lo que tú digas, chiquilla.—dijo y me removió el cabello. Entró al salón y yo lo seguí.

Se sentó y yo me senté junto a él.

—¿Ahora que quieres?—hablo con voz de aburrido.

—No hay más asientos.—dije y sonreí inocente.

El suspiró con cansancio.

La clase de volvió corta después de molestar tanto a Matteo.

• • •

Después de clases fuimos al recreo y el encontré con mi mejor amigo. Fui corriendo a abrazar a Ethan.

El había sido mi mejor amigo desde que nacimos. Literalmente. Nuestras madres son mejores amigos desde jóvenes. No sé cómo pero se coordinaron en el embarazo de mi madre y el de su mejor amiga. Él es un mes mayor que yo. Y desde ese entonces hemos sido inseparables. Solo que Ethan había hecho un viaje a mitad de las vacaciones y recién regreso el día anterior, no lo pude recibir porque estaba de compras con mi madre.

A él su padre nunca lo acepto haci que abandonó a su familia.

No lo acepto porque a los 15 años confesó su gusto por los hombres. Les contó que era gay y su padre simplemente se fue. Obviamente primero lo castigo y reto pero era un señor muy homofóbico y se marcho. Su madre nunca lo culpo de nada. Me caía super bien. Su hermano si se lo reprochó por unos meses hasta que lo entendió y se disculpo.

Mentira Perfecta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora