—¡Oh, que sexy eres!— susurro el doctor Cha Eun Woo en el oído de Park Jimin. Apoyo la mano en el hombro de él casi con timidez mientras subían las escaleras de la vieja casa.
No era el tipo de hombre con el que él solía salir, pero era agradable, con su cabello castaño levemente rizado, sus serios ojos oscuros y sus gafas de montura metálica fina. Había mencionado que jugaba al squash y tenía un físico bastante aceptable.
Aunque lo que más le gustaba a Jimin de él era lo atento y agradecido que se mostraba. ¿Quien no se sentiría halagado si Eun Woo le decía que nunca había salido con un chico tan sexy?.
Era un modo de subirle el ego, claro, ¿Pero por qué no?
<Te voy a dejar de piedra, doctor Cha>, pensó. Lo empujó impulsivamente contra la pared y lo beso en la boca. Era un anticipo de lo que quería que ocurrirá cuando cruzarán la puerta.
Agradecía que él besaba bien, y a juzgar por el bulto en los pantalones de corte conservador que llevaba, ambos estaban de acuerdo sobre el modo en que querían que terminará la velada.
Jimin oyó cerrarse una puerta en el pasillo y, aunque no vió a nadie, se apartó. Llevaba seis años viviendo en aquel bloque y conocía a casi todos los vecinos. Además de lo cual, era un hombre de negocios de la zona y tenía que proteger su reputación. Le gustaba jugar fuerte, pero no era tonto.
Notó que EunWoo lo miraba como si no pudiera apartar la vista de él. Resultaba agradable cuando lo comparaba con la lista de idiotas con los que había salido últimamente, hombres empeñados en fingir que eran demasiado interesantes para dedicarse a alentar otro ego que no fuera el suyo.
Jimin guiño un ojo y lo llamo con el dedo, aquello sería divertido. Había sido una velada fantástica, él había había pagado una buena cena y un espectáculo musical y claramente Jimin le había perdonado su escasez de habilidades sociales. Después de todo, Eun era un científico, un empollón rico, atractivo y, al parecer, bien dotado.
Jimin sabía que las destrezas sociales no eran el punto fuerte del macho científico. Jeon JungKook, su mejor amigo y socio en lo negocios, le había enseñado eso. JungKook era el único hombre del mundo en el que realmente podía confiar y con el que podía ser él mismo, pero seguía siendo un científico. Un genio, en realidad, que iba ya por su segundo doctorado cuando Jimin estaba todavía en el segundo año de carrera.
Y se estaría mintiendo si no admitiera, al menos para si, que con EunWoo estaba cumpliendo una pequeña fantasía que tenía desde hacía tiempo. Se había preguntado más de una vez como sería acostarse con JungKook, era tierno y muy atractivo, a pesar de su negativa a quitarse las gafas y su afición a un modo de vestir más bien académico. Él había dejado de comprarle hermosas camisas de diseño por navidad porque JungKook no se las ponía, aunque las apreciaba como regalo. Pero JungKook era... Era JungKook.
Quizás habría ocurrido algo en los primeros tiempos si él se hubiera lanzado, pero cuando montaron un negocio juntos, cerraron la puerta que llevaba al sexo. A medida que pasaba el tiempo, Jimin no había querido destruir la única relación auténtica que tenía con un hombre decente. El mundo estaba lleno de hombres a los que podía llevarse a casa una noche, pero los hombres realmente buenos eran un hallazgo raro, y Kook era uno de ellos.
Abrió la puerta de su apartamento, tomo al doctor Cha de la corbata y, cuando cerró la puerta, encendió una luz baja, se quitó el abrigo y lo colgó en el ropero antes de tomar el de él, sus manos se tocaron y el corazón se le aceleró un tanto. El territorio al sur de su ombligo empezó a cosquillear de un modo que señalaba cosas buenas en el horizonte.
A Jimin le encantaba el sexo. Le gustaba la seducción, el cuerpo masculino y fornido a diferencia del suyo, y todo lo que ofrecia el apareamiento físico, era divertido, enérgico y a él se le daba muy, muy bien. Saber eso le daba una sensación de control, podía con poco esfuerzo, tener a cualquier hombre que se le apeteciera y eso era lo que solía hacer.
ESTÁS LEYENDO
열정적인 마음| Corazón Apasionado| KM
FanfictionLa lujosa pastelería de Park Jimin tenía como objetivo satisfacer anhelos. Su producto estrella eran unas galletas afrodisíacas que daban traviesas ideas hasta al mismo Jimin. Detrás de sus gruesas gafas, el doctor Jeon JungKook, socio de Jimin, era...