Entre lápices y hojas estás tú [RadioApple]

Seamos amigos

Alastor lo vió irse, le daba gracia que el fuera tan pequeño se veía muy tierno cuando caminaba, solo pudo sonreir y dirigirse hacía la tienda de su amiga, ya que esta estaba muy cerca.

Alastor había entrado a la tienda y buscó con la mirada a su amiga, Rosie.
Ella estaba en la recepción ayudando al personal con sus clientes, ella era una mujer rubia de tez blanca,
Ojos verdes medio azulados y traía puesto una camisa blanca con unos simbolos de color negro en esta, traía una falda negra hasta las rodillas y unos tacones bajos de color negro, un sombrero algo elegante que hacía juego con su atuendo, ella tenia varias tiendas regadas por algunos lugares, no era una mujer rica, pero con suficiente dinero para mantenerse, era una omega admirable.

Esta mujer al darse cuenta de que Alastor se encontraba ahí, rápidamente fue a saludarlo.

—¿Alastor? ¡Oh, Alastor, querido!—Se apresuró a abrazarlo.

—¡Rosie!—El le devolvió el abrazo.

—Tengo unas semanas que no te veo por aquí, ¿Qué hacias, eh? Tengo tanto que contarte.

—Oh, nada en especial, cariño.

Alastor le sonría y se acercaba a quitarle unas hojas secas que tenía en su sombrero.

—Gracias, Al, pero ven, tenemos que hablar, ¡tomemos el té! Se que te encanta, ja, es una broma querido, se que lo detestas.

Alastor solo rió—Me conoces tan bien.

—Ven, vamos siéntate.—Fue arrastrado a una mesa, haciendo que él se sentará en una de las sillas.
Rosie ya estaba calentando las bebidas, mientras colocaba una galletas de chocolate amargo en la mesa por si surgía algun antojo, después de unos pocos minutos llego la omega con sus tazas en manos.

Le dió su taza de café a su amigo, y ella se sentó al frente de el con su té.

—¿Recuerdas a nuestra querida señorita Susan? Si, pues ella ayer estaba molesta exigiendo a mis empleados mi presencia, para hablar conmigo de el porque su Pan estaba "Quemado", ¡Alastor, ese Pan solo estaba dorado! Amo a todos los que estan en este lado de la ciudad, pero es que Susan...

—Lo sé, ojala se caiga de un noveno piso—Lo dijo tranquilo mientras tomaba su té.

—¡Oh, por Dios, Alastor! No digas eso, jajaja, Pero sí.—Dió una pequeña risa para después agarrar una galleta y comerla con el té.—Y bien ¿Ya comenzarás a enseñar en esa Universidad, eh?— tomó un sorbo de su té.

Alastor asintió—Así es, Rosie, tengo que contarte que hice ayer.

Rosie tomó una galleta y escucho todo lo que tubo que decir él mas alto.

(...)

—¿!QUÉ!?—Rosie casi se ahoga con su propio té al escuchar lo que dijo el otro.— ¿Besaste a un chico menor de 20 años? Vaya, no sabía estas mañas de tí, Al.