Entre lápices y hojas estás tú [RadioApple]

No me gusta el dulce

Lucifer veía su calendario, revisaba las fechas de los cumpleaños importantes para él, ya serían: de amigos y familiares, y así darle un lindo regalo a cada uno, también verificó cuando llegaría su ciclo, al parecer comenzaba aproximadamente en unos 3 días, su ciclo duraba 7 días, una semana entera, era de lo peor para Lucifer, el dolor era algo insoportable para él, sin embargo, él podría ir a comprar algunos de esos medicamentos llamados "inhibidores" para seguir estudiando sin ninguna preocupación por sus feromonas esos 7 días, pero ir a la farmacia más cercana y comprar ese tipo de medicamentos lo avergonzaba.

Era ya algo normal que los Omegas lo comprarán para poder controlarse en su periodo de celo, pero él se avergonzaba al pensar en comprar esas pastillas, por más normal que se viera.
Prefería estar en casa echado en su cama mientras luchaba con su apetito sexual incontrolable.

Pero estaba decidido a comprarlos... Más tarde.

(...)

El pequeño Lucifer estaba aburrido en casa, no tenía algo mejor que hacer, sus amigos estaban estudiando, no quería salir de casa solo, lo unico podría hacer era quedarse y ver alguna película de acción, quizás de miedo, no, de miedo no, definitivamente no, ¿Y una romántica? Seguramente iba a llorar al pensar que jamás tendrá algo tan lindo como los protagonistas de aquellas películas.
De pronto se le ocurrió una idea.

El de mejillas rosadas tomó su teléfono y marco el número de Alastor, ja, estaba algo inquieto, no sabía que hacer para entretenerse, así qué optó por llamar a su querido profesor, ahora amigo.

Alastor estaba en su cocina, tomando una taza de café, mientras veía las noticias en el periódico, la tranquilidad reinaba, hasta que sonó el timbre del teléfono en toda la sala, de verdad odiaba la música que provenía de él, debería probar como cambiarla.
Caminó y contestó aquella llamada.

—¿Hola, quien habla?

—¡Soy yo!

Alastor rió un poco— ¿Yo quién?

—¡Lucifer! ¿Como estas hoy, Al?

—Ja, Hola dulzura, yo me encuentro muy bien, y mas si hablo contigo ¿Y tú como te encuentras?— Alastor se recostó en la pared escuchando cada palabra de aquél rubio.

— Me alegra que estés bien, Yo estoy muy aburrido—Lo último lo alargo un poco.

Alastor se atrevió a preguntar— Dime, lu, ¿Trabajas?

—¿Por qué preguntas?

—Curiosidad.