Escapar

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Esto no podía estar pasando, no era real. Percy era un idiota, pero era un idiota vivo, el defecto fatídico de Percy era la lealtad y no había mayor lealtad que el permanecer al lado de la persona que amas, eso era algo obvio e irrefutable. Incluso, casi como para afirmar lo anterior, Percy le había prometido permanecer siempre a su lado, pero quizás, la sangre en sus manos demostraba que Nico no había nacido para amar, después de todo él era una persona rencorosa y quizás por culpa de sus pecados una persona brillante, inocente, quién era prácticamente el sol de su vida había dejado este mundo e iba camino a los elíseos ¿Cómo alguien que representaba la oscuridad de una persona iba a poder vivir una vida junto a quién no irradia más que luz?

Nico sentía que todo su mundo se desmoronaba segundo a segundo. Percy se había ido y ahora él se encontraba completamente solo. Nico definitivamente no sentía a la gente que se había reunido junto a él para poder llorar a quién era... quién fue:

Su amigo.

Su bro.

Su héroe.

Su sesos de alga.

Su ex.

Al hombre que era demasiado joven para partir.

A quién aún tenía mucho por vivir.

No.

Nico no sentía nada de eso, él estaba completamente vacío, sin nada para dar y recibir, absolutamente nada. Pero eso no le impido que, al momento en el que sus ojos se dignaron de ver la mirada completamente ausente de vida de su amante, desde lo más profundo de si, brotara el grito más desgarrador que alguna vez desde sus labios había salido. No importaba el ligero escozor en la garganta o el cómo no dejaba de gritar, Nico solo sabía que había perdido todo y que aquello que más amaba nunca iba a volver

Jamás

Lo perdí, lo perdí como Bianca, como mamá, todos a mi alrededor mueren.

Definitivamente estoy maldito

Nico tomo la mano de Percy entre sus manos por puro capricho, porque algo en él, la más mínima chispa de esperanza, esperaba que los ojos de su príncipe azul se abrieran al momento en que reconocieran su toque, pero no paso ni un segundo en el que sus pieles se tocaron y el cuerpo del hijo de Poseidón comenzó a emitir un brillo dorado y segador que lo hizo apartar la vista, pero eso solo generó que Nico agarrara con más fuerza esa mano fría y pálida que de un segundo a otro había emitido un calor tan insoportable que era imposible que Percy no hubiera despertado únicamente por el dolor, sin embargo, a pesar de lo mucho que dolía él no pudo solar esa mano un poco más grande que la suya, él se aferraría a Percy el mayor tiempo que pudiera y ni una luz brillante o un calor infernal se lo iba impedir.

El rey fantasma pensó por un segundo que ese brillo y calor como de mil soles era el alma de Percy, solo él después de todo era una persona que podía ser capaz irradiar luz y felicidad a su paso, pero, cuando la luz se fue apagando poco a poco hasta que esta se extinguió por completo Nico pudo apreciar como el cuerpo inerte de su amado poco a poco fue transformándose rápidamente en polvo

¿Qué? No, ¡Percy!

Nico estiro sus manos, pero cuando estas tocaron con suavidad ambas mejillas de aquel muchacho de profundos ojos azules, casi al instante, el cuerpo de este terminó de desaparecer por completo dejando nada más que la ausencia de su cuerpo inmóvil y una suave brisa a mar.

Nico por un momento se dedicó a ver los rostros de aquellos que consideraba amigos y pudo ver las lágrimas, el dolor, las formas encorvadas de sus cuerpos, como movían sus labios diciendo quien sabe qué porque Nico no podía escuchar absolutamente nada más allá de sus propios pensamientos.

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⏰ Última actualización: Mar 17 ⏰

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