ADVERTENCIA: Kink size, sexo oral, sexo sin protección, marcas, orgasmos múltiples, sobreestimulación, apodos.
RESUMEN: Headcanons nsfw de este depresivo hombre.
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• Reiner está enamorado de tu coño, loco por él. Le encanta comerte cuando tiene la oportunidad. El hombre se pone duro como una piedra al hacerlo porque tu placer es su placer.
Reiner está arrodillado entre tus piernas, agarrando tus tobillos y tirando de ti hasta que tu trasero está en el borde de la cama. Él se ríe ligeramente por tu grito de sorpresa y coloca tus muslos sobre sus anchos hombros, asegurándose de que estés cómoda mientras estás acostada boca arriba. Reiner se sostiene de tus caderas, mirándote con deseo, mientras pasa su lengua entre tus labios hasta tu clítoris. Él gime, sus párpados se cierran y sus uñas se hunden en tu piel por lo suave y cálido que es tu coño.
Al principio te lame el clítoris tranquilamente, como si te comieras una paleta helada. Saborea el sabor, dejando que sus labios se encuentren una y otra vez sobre tu clítoris. Girando su lengua en el medio, como si se estuviera besando con tu coño. Se concentra tanto, que después de un rato tienes que entrelazar tus dedos en su sedoso cabello rubio y tirar suavemente para llamar su atención. Abre los ojos en cuestión, con las mejillas sonrojadas mientras juguetea con tu agujero con la punta de su lengua.
-Quiero correrme Rei, por favor- Suplicas dulcemente, subiendo tus caderas para encontrar su boca.
-¡Oh! Sí, por favor ven por mí, princesa, ¿quieres que use mis dedos para ayudarte, niña? - Reiner se burla dulcemente. Frota tu clítoris con el pulgar y muerde la suave carne de la parte interna del muslo mientras espera tu respuesta. Asientes con la cabeza y tararea felizmente, deslizando sus dos dedos medios en tu coño ridículamente resbaladizo con facilidad. Instantáneamente comienza a lamer tu clítoris nuevamente y empuja sus dedos, curvándose perfectamente en tu punto dulce. Tus muslos se aprietan alrededor de su cabeza, la espalda se arquea cuando no te toma tiempo correrte. Jadeando su nombre, tirando de su cabello nuevamente, y él gime cuando tu coño no quiere soltar sus dedos mientras te ayuda a alcanzar tu orgasmo.
Una vez que te suelta, encuentras su mano envuelta alrededor de su polla, cubierta por tu pegajosa liberación.
-No pude evitarlo, princesa, sabes demasiado bien- Él sonríe tímidamente con un sonrojo hasta las orejas.
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