Mafia Roja 𓂃 WooSan

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La figura del tucán en la hoja en blanco iba cobrando forma con cada trazo de la mano hábil de Wooyoung, los efectos de los colores no fueron necesarios para capturar la esencia del ave que el omega quería.

Elit, Kenia y Edith lo dejaron en su tranquilidad de la que hacía mucho no había podido disfrutar, después de todo, ellas solo lo acompañaban cuando Wooyoung pudiera necesitar algo. Solo lo acompañaron para mostrarle los jardines principales de la casa, el omega quería investigar por su parte pero se vería demasiado sospechoso empezar a husmear por los pasillos. La soledad era casi palpable en el ambiente, sino fuera por el alfa parado al lado suyo.

Con un suspiro aburrido, Wooyoung deseo tener acuarelas y un lienzo para desahogar las emociones que le carcomían en los últimos días.

—¿Ocurre algo hürrem?— La voz de Mingi fue un recordatorio del momento a solas que no tendría Wooyoung ese día. El alfa lo seguía a todas partes y una parte del omega sabía que seguía órdenes y había la posibilidad de que tal vez San intuía que quería escapar.

— Nada, solo...realmente quería darle color a esta imagen. — Se sinceró, había algo en Mingi que irradiaba confianza. De todas las personas de la casa, sentía que era el más relajado.

— ¿Quiere que ordenemos pinturas para usted, hürrem? — Pregunta el moreno amable pero Wooyoung pudo escuchar el tono divertido.

— Me gusta elegirlas por mi mismo, gracias — el peli negro volvió a estudiar su pintura —. También agradecería que me dejarás de llamar hürrem.

Wooyoung sabía que probablemente iba a ser rechazado una vez más acerca de la situación con su "apodo" que todos se esmeraban en decir últimamente. El sonido de una risa lo sorprendió y se giró a ver al hombre atrás suyo. La expresión relajada del alfa hacía que su rostro fuera aún más atractivo.

—Al parecer no le gusta mucho —declara Mingi. Wooyoung pudo ver que había evitado el sobrenombre y no pudo evitar el sentimiento de sorpresa.

—La verdad no — Suspira el omega cerrando el cuaderno de dibujo que le había pedido a Elit, también le habían proporcionado tres lápices. Wooyoung decidió no preguntarles por qué tenían todo eso a la mano—. Siento que es un nombre que equivale a mucha...expectativa.

Mingi lo miro por un momento antes de desplazarse al asiento al lado de Wooyoung.

— ¿Puedo? — Señaló, pidiendo permiso para sentarse junto al omega. Wooyoung se sintió emocionado al pensar que había alguien no tan arraigado a las reglas de ahí.
El acento del alfa no era como el de San o todos ahí, tenía un aire más americano. Wooyoung asintió, vio cómo el hombre se desparramada de una manera despreocupada que casi le hace preguntarle si realmente trabajaba para el cara larga de su jefe.

— Ser un omega en la familia Hasmet puede hacer recordar a cualquiera que había un sultanato en el país. Las reglas de ese entonces son similares a las de esta familia y no puedo culparlo por sentirse incómodo. Es un mundo muy diferente al que vivía en Canadá — Dice Mingi mientras saca trozos de pan de una bolsa de la que Wooyoung no se percató. Las aves pequeñas empezaron a acercarse a su alrededor. El omega volvió a tomar el cuaderno.

— Me sentiría más cómodo si me trataran como una persona normal y no como si fuera el único omega que existiera —murmuró el omega mientras iba trazando las líneas de las alas de un gorrión. Sus pensamientos se distrajeron al recordar la visita del doctor esa mañana.