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3 𝔡í𝔞𝔰 𝔞𝔫𝔱𝔢𝔰....

— ℑ𝔰𝔩𝔞  v𝓲𝔁𝔂 ; 𝔭𝔲𝔢𝔟𝔩𝔬 𝔏𝔬𝔬𝔫𝔞

6;23 𝔭𝔪 𝔥𝔬𝔯𝔞 𝔡𝔬𝔯𝔞𝔡𝔞


En un rincón solitario del muelle, el castaño Jisung se sentó con las piernas colgando sobre el agua. El océano se extendía ante él, sus olas susurrando secretos ancestrales. El sol estaba a punto de sumergirse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos dorados y rosados.

Jisung era un soñador, un alma que encontraba consuelo en la vastedad del mar. Sus ojos oscuros seguían el vaivén de las olas, perdido en pensamientos que flotaban como algas marinas. No esperaba nada especial esa tarde; simplemente quería estar allí, en silencio, con el rumor del agua como única compañía.

Pero entonces, algo cambió. Una figura emergió del agua, su piel brillante como nácar. La mujer tenía cabellos largos y ondulados, y sus ojos eran de un azul tan profundo como el océano mismo. Al principio, Jisung la confundió con una humana, pero pronto se dio cuenta de que no lo era. En vez de piernas tenía una cola de pez, y su belleza era deslumbrante.

La sirena se acercó a él, transformando sus aletas en pies, tocando apenas la superficie del agua. Su mirada era intensa, como si pudiera leer los secretos más profundos de su corazón.

—Jisung.. —susurró, su voz era como el susurro de las olas al atardecer— Pronto conocerás al amor de tu vida.

Jisung parpadeó, preguntándose si estaba soñando, no había visto nunca una sirena pero habia oido mucho de ellas.

—«¿Una sirena? ¿En serio?» — Penso. Pero ella continuó hablando.

Sus palabras eran como notas de una canción antigua.

—Será alguien con ojos tan azules como el mar en un día despejado, o tan oscuros como el cielo nocturno —dijo la sirena—:Te hará sentir como si estuvieras flotando en las olas, libre y lleno de esperanza. Sus palabras serán como caricias en tu alma, y su risa, como el canto de las gaviotas al amanecer.

Jisung frunció el ceño. ¿Cómo podía creer en semejante afirmación?

—«Cada 40 años, una sirena emerge del agua para revelar el futuro a alguien en la hora dorada, cuando el sol se sume en el mar..»

Aquellas palabras aparecieron de repente en su mente, sin sentido alguno.

Las recordaba de alguien, pero no sabía con que tan ciertas eran, y que abrumaran su mente en ese preciso momento lo dejo perplejo..

—¿Por qué debería creerte? —preguntó Jisung, su corazón latiendo con fuerza.

La sirena sonrió, y sus ojos grises parecieron reflejar el cielo al atardecer.

Sin embargo, esas fueron sus últimas palabras para él. Aún teniendo aquella sonrisa que había mostrado. En frente de él se volvió espuma y fue arrastrada por el océano...

Quizás.. en el abrazo del océano y la mirada de la sirena, encontró algo más profundo que las olas y las estrellas. Porque vio imágenes correr reflejadas en los ojos de ella..

¿Aquellas imágenes lo mostraban a él junto a alguien más?

Estaba muy desconcertado, parecía una vaga ilusión..

Y así, en la hora dorada, Jisung decidió levantarse he irse de allí con más preguntas que respuestas.

Él debería creerle a ese ser místico..

Porque a veces, incluso los soñadores más escépticos pueden encontrar su propio cuento de hadas en la orilla del mar.

Contando Las Estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora