ఌ︎ Sukufushi IV

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Continuación del tercer mes

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Continuación del tercer mes

El acostumbrarse a la repentina presencia de Ryomen en su vida le estaba costando mucho más de lo que se imaginaba.

¡Lo tenía pegado a su lado como si fuera chicle!

Si se levantaba al baño, asomaba detrás de él y lo acompañaba (solo hasta la entrada).

Si se sentaba en un sofá, en breve lo tenía a su lado.

Si quería comer a solas, de inmediato lo veía sentarse cerca suyo aunque en ocasiones ni le dirigía la palabra.

Y, si deseaba salir aunque sea a la esquina, más tardaba en abrir y cerrar en silencio la puerta que en notar que Sukuna ya lo estaba esperando afuera.

Todo ello era demasiado incómodo para su gusto, razón por la que era muy común que en su día a día acabaran por tener discusiones de frecuente forma y más dado que empezaron a vivir juntos en su departamento para "facilitar" las cosas.

Claro que llegar hasta ese punto no fue sencillo; en especial, porque sus papás coincidieron en establecer las tres semanas que quedaban del mes como de prueba para comprobar si el pelirosa era capaz o no de cumplir sus obligaciones como padre.

Para ello, se definieron unas cuantas reglas:

1. Sukuna debía ir a cuidarlo en la casa de sus padres (pero no podía quedarse a dormir).

2. Tenía que encargarse de complacerle sus antojos sin importar la hora que fuera.

3. Debía acompañarlo en el siguiente control médico.

4. Estaba obligado a comprarle cualquier cosa que pidiera fuese necesario o no.

5. De requerirlo, lo ayudaría con sus obligaciones.

6. Prohibido besos o cualquier otra clase de contacto entre los dos (sobra decir que Satoru puso esa regla)

Así que, por culpa de todo eso, parecía como si en realidad eran dos quinceañeros que ni  podían ver una película a solas porque su papá (Gojo) se colaba entre los dos aunque, en parte lo agradecía porque no es como si Sukuna no le diese una que otra propuesta indecente  y al menos con eso se salvaba de besarlo cada que sucedían esos casi roces "accidentales" cuando nadie los veía.

En un inicio creyó que no serían tan al pie de la letra esas normas, de modo que se sorprendió en gran medida cuando, en la siguiente ocasión que tuvo un antojo de galletas oreo y sushi a las 3:30 de la mañana, fuese Ryomen quien medio asueñado llegase a casa a entregarle aquello.

Sobra decir que Satoru no le dejó dormir ni en el mueble al pobre esa noche pese a que se caía del sueño

Por otro lado, debía admitir que el pelirosa si que estaba empeñado en demostrar que si podía hacerse cargo de él en su estado, demostrándolo con cada una de sus acciones ya que siempre se preocupaba por su bienestar, lo cuidaba en todo momento, satisfacía cada uno de sus antojos junto a caprichos y hasta lo ayudaba si repentinamente tenía náuseas.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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❦︎ [Our Baby]- Agosto MpregDonde viven las historias. Descúbrelo ahora