t h r e e

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El recuerdo más memorable que tengo de nosotros no fue nuestro primer beso, fue la vez que Tom me pregunto si podía ser mi novio. No porque fuera la declaración más romántica del mundo, si no porque nunca había tenido un día con tanta mala suerte junta, el verdadero "todo lo que pueda salir mal, saldrá mal"

Pero para descubrirlo, necesitamos volver al pasado, específicamente a Enero del año dosmil siete. Recuerdo ese día como si fuera ayer...

Para empezar, mi despertador no sonó por lo que termine levantándome a las doce del medio día, mis padres no estaban en casa así que no había nadie quién me despertara.

Cuando baje a la cocina en busca de algo para comer me di cuenta que ya no quedaban lucky charms en la alacena y tampoco leche en el refrigerador.

- Genial - gruñi cerrando la puerta del refrigerador, tendría que conformarme con pan tostado y una taza de café.

Spoiler: no había pan.

- De todas formas no tengo hambre - suspire resignado a solamente desayunar una taza de café, porque era demasiado temprano para comer otra cosa y demasiado tarde para ir a comprar cosas para el desayuno.

Mientras me lamentaba mi existencia sentado a la orilla de la ventana sentí mi teléfono sonar, era Tom. ¿Para que llamaría? Se supone que estaba de viaje con su familia.

- ¿Hola? -

- Bill! ¿Dónde estás? - se oía angustiado.

- En mi casa ¿Por qué? ¿Qué pasa? - oí un gemido frustrado del otro lado de la línea.

- ¡Bill! ¡Se supone que hoy teníamos una cita! Llevo esperándote cerca de media hora -

Mierda, lo había olvidado por completo.

Ahora fui yo quién soltó un gemido de frustración, agarrándome del pelo con las manos.

- Mierda, lo siento. Me olvide por completo y mi alarma no sonó - explique. - Dame veinte minutos y estoy allá -

- Bien, nos vemos - y colgó, sonaba algo molesto. Pero quién no lo estaría luego de que tu cita te dejara plantado por treinta minutos.

Patitas para que las quiero. Me levante de un salto del sillón y eche carrera a mi habitación para armar un atuendo adecuado, ya me había bañado anoche así que podía saltarme ese paso y solo lavarme.

Después de un lavado rápido y cambio de ropa (claramente no me olvide del maquillaje), salí de casa a paso rápido, dispuesto a compensar mi descuido y hacer que nuestra cita valiera la pena.

Pero la mala suerte me persigue y no soy tan rápido. Había estado lloviendo y como ya se imaginaran un auto paso a toda velocidad por un charco mojandome entero, pero eso no me detuvo y seguí corriendo hasta llegar a donde habíamos quedado de encontrarnos.

Y justo cuando la suerte empezaba a sonreírme, caí de cara al suelo justo a los pies de Tom por tropezarme con una piedra.

Al menos mi celular seguía intacto con accesorio y todo. Me habría tirado de un puente si algo le pasaba al colgante de Hello Kitty.

- ¡Bill! ¡¿Estás bien?! - preguntó Tom preocupado, se había acercado a ayudar a levantarme.

Qué amable, mi último interés amoroso antes de él ni se molesto en ayudarme cuando me caí dentro de un agujero (esa es anécdota para otra historia).

- Si, eso creo - dije aún tirado en el suelo, ya no me quedaban ganas ni para levantarme. - Lo siento por arruinar nuestra cita - pequeñas lágrimas comenzaban a formarse en las esquinas de mis ojos, no solo por el dolor de los raspones que me había dejado la caída si no también por la vergüenza que sentía.

¿Por qué soy tan llorón?

- Eso no importa, ¿Estás bien? ¿Te lastimaste mucho - preguntó arrodillándose a mi lado. - Vamos Billy, no puedes quedarte en un charco de lodo por el resto de la tarde -

¿Por qué es tan lindo maldita sea? Primero me hace compañía en mi cumpleaños, después acepta compartir accesorios de celular conmigo y ahora en vez de enojarse se preocupa por mi.

¿Será este mi ser amado?

"- Si lo fui -"

Cállate Tom, dejame terminar.

Al final terminamos volviendo a casa para que pudiera ducharme y cambiarme la ropa cubierta de lodo, y Tom se ofreció a quedarse conmigo.

Después de ducharme y cambiar mi ropa, Tom se encargó de limpiar mis heridas mientras yo me sentaba en el borde de la cama. Mientras él cuidadosamente aplicaba la solución desinfectante, no pude evitar sentir maripositas revoloteando en el estomago, sobretodo cuando dejo un beso sobre mi rodilla con eso me mato.

"- Eres taaan tierno Mäuschen -"

Shhh, dejame terminar.

Una vez que terminamos con los primeros auxilios, Tom se ocupó de poner mi ropa sucia a lavar, mientras yo me dirigía a la cocina para preparar la cena para ambos. Decidí hacer algo simple pero reconfortante para el clima medio nublado que había: espaguetis con salsa de tomate y una ensalada de lechuga.

Con la cena servida y la ropa ya en la lavadora, ambos nos sentamos en el sofá de la sala para comer mientras veiamos un programa de televisión, claramente tomamos la precaución de tener un trapo de cocina sobre las piernas y que cubriera alrededores, no vaya a ser que pase algo que me haga ensuciar el sillón de mi casa.

- Bill - me llamó.

- ¿Huh? - Tenía la boca llena de fideos así que fue todo lo que pude decir.

- ¿Puedo ser tú novio? -

Asentí con la cabeza para luego seguir comiendo lo que me quedaba de espaguetis, ambos comimos en silencio sin decir una palabra hasta que ya no teniamos más comida en el plato, deje ambos encima de la mesa de centro y me voltee hacía él.

Y sin pensarlo dos veces me lancé sobre Tom para abrazarlo y darle beso como corresponde. Quería esperar a que ambos terminaramos de comer y ya no tuviéramos los platos cerca para que no ocurriera ningún accidente.

- Sabes a salsa de tomate -

- Tú igual tonto -

Tom rió suavemente, acariciando mi cabello con calma mientras aún estábamos abrazados.

-Eres increíble, Bill -susurró, con una sonrisa brillante en su rostro que seguramente no se la quitarían ni a palos. - No puedo esperar para compartir más momentos como este contigo, sin eventos desafortunados de por medio claro -

Nos quedamos abrazados un rato más, disfrutando del calor mutuo y la felicidad que nos envolvía. Finalmente, nos separamos un poco para poder mirarnos a los ojos.

-Eres la mejor cosa que me ha pasado en mucho tiempo, Tom - le dije sinceramente-. Estoy emocionado de tener la oportunidad de poder llamarte mi novio -

Tom me miró con una expresión llena de cariño y asintió.

-Yo también estoy emocionado, Bill -respondió- Te prometo que haré todo lo posible para hacerte feliz. -

Y lo cumplió, a día de hoy me sigue haciendo muy feliz y espero seamos felices por muuuucho tiempo más.

"- Eres un cursi, Bill -"

Pero así me amas.

"- Si.. así te amo -"

ANOTHER LOVE STORYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora