28.

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n.a: Sé que Emma tiene el cabello distinto, PEEERO creo que como están Sakura y Syaoran (no me acuerdo como se escribía su nombre lol) explicaría como están ellos dos en el capítulo anterior.

n.a2: Los invito a pasarse por mi nuevo fanfic "cat ears" va a ser muy kawaii.

Golpeé la pared invisible mientras gritaba el nombre de Rubén entre lágrimas. No quiero que me separen de él. Yo quiero vivir porque él me hizo sentir que todo valía la pena.

Tenía los nudillos blancos de tanto que había golpeado, y me hice una que otra herida pero no me importó. Al otro lado, Rubén golpeaba el vidrio y gritaba descontrolado con lágrimas en sus ojos.

-Sabes que es inútil, Emma-dijo una voz profunda que me hizo estremecer-la vida no es para todos.

Me volteé y vi al gato negro que tantas veces me había hecho daño cuando niña, e incluso cuando era adolescente.

A los siete años encontré un gatito negro abandonado en la calle, y como se veía tan solo lo llevé a mi casa. Mis padres lo aceptaron y estuvo muy feliz durante unos días en la casa donde vivía.

Hasta que un día me arañó las manos, las dejó sangrando y mi instructora de piano (que sigo pensando que es una insensible) al ver tal acción del gato lo metió dentro de una bolsa y lo tiró a un río. Quizá si yo hubiese sido lo suficientemente valiente hubiera salvado la vida de ese pobre gatito. Pero no lo fui.

-Doctor, los signos vitales están bajando-dijo una de las enfermeras que ayudaba en la operación de Emma- ¿qué hacemos?

El gato se me acercó y se paseó por mis piernas, acariciándose contra ellas.

-¿acaso me tienes miedo?-levantó su mirada y vi sus ojos azulados.
-No-no claro que no-dije, intentado sonar segura, pero no resultó.

El gato se paseó frente al espejo y Rubén lo miró con odio.

-¿Quieres que viva?-le preguntó con ese tono cínico que tenía-¿o también eres un miedoso?

Él apretó los puños y lo quedó mirando con un odio que no creía que podría venir de los ojos de Rubén.

-Te dejaré vivir si tocas la canción que tanto me gustaba-me susurró el gato.

De la nada estábamos los tres en un espacio completamente negro, como la nada con un piano, el gato paseándose sobre la cubierta de este y Rubén encerrado en una especie de caja de vidrio.

-Vamos Emma, estoy esperando.

Miré a Rubius a los ojos y lo único que veía en ellos era un "no lo hagas" sumado a muchas lágrimas y ambas manos sobre el cristal golpeándolo sin rendirse.

Solté un suspiro y me senté en el banquillo, conté hasta tres en mi mente tratando de tranquilizarme. Levanté un poco mis manos y comencé a tocar el segundo movimiento de la sonata claro de luna de Beethoven.

-Doctor, el pulso sanguíneo está muy alto-dijo ahora la enfermera preocupada.

Ella susurró un: "tu puedes, ya queda poco".

Quizá al fin y al cabo realmente la vida no es para todos. Pero luego pensé en todos los momentos que había pasado con mi familia, mis amigos y Rubén. Desde qué lo conocí en ese juego hasta que nos conocimos y lloré en sus brazos.

La vida sí es para mi.

internet (elrubiusomg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora