Chapter Forty eight
──Oye maldita ¿qué hiciste?
Otro de los que estaban allí se apresuró a golpear a Takemichi, y...pasó lo que se esperaba
Sanzu se colocó delante de la rubia y con un ágil movimiento de su muñeca su katana cortó el pecho del chico, sin llegar a matarlo. Los que sobraban estaban ya acobardados ¿No se suponía que los de la Toman eran un grupito de cobardes que no se atreverían a utilizar armas y que precisamente eso sería su ventaja? ¿Quiénes eran esos monstruos que en cuestión de segundos habían acabado con la mitad de ellos solo a puro golpe?
──Veo que acabaron con mis dos escuadrones más fuertes, el de avanzada y el de refuerzo de la avanzada ──dijo el pelirrojo, Kishima, que debido a su color de cabello es que surgió su nombre ‘‘Ember’’ ──. Los subestimé, Toman
Al menos lo que eran Keisuke y Haruchiyo comenzaron a carcajearse a más no poder
── ¿Qué les parece tan gracioso desgraciados? ──volvió a decir
── ¿Tú no te escuchaste? ──Haruchiyo le sacó la lengua mientras lo apuntaba con la katana
──Se perfectamente lo que dije ──puso expresión de fastidio y rechinó los dientes
──Pues parece que no ──Kazutora estaba caminando a la par que se tronaba los dedos, con una expresión seria y molesta en su cara ──, pero como soy buena persona te corregiré ──se paró y suspiró a la par que en un gesto arrogante movía su cabello y hacía sonar el cascabel de su arete ──. Textualmente dijiste ‘‘Veo que acabaron con mis dos escuadrones más fuertes, el de avanzada y el de refuerzo de la avanzada’’, pero permíteme decirte que nada más llegar una de nuestras capitanas de una sola patada lo venció ──reanudó su caminar en dirección al pelirrojo ──. Nuestros hombres acabaron rápido con ambos escuadrones y en lo único que tuvimos un poquito de dificultad fue en que unos molestos mosquitos nos impedían subir, pero de igual forma subimos hasta aquí... ──ya estando delante de él le propinó un puñetazo en toda la cara
De ahí se sentó a horcajadas sobre él y comenzó a golpearlo repetidas veces. Los demás se dedicaron a pelear con los restantes para que dejaran a Kazutora sola, se la tenía jurada hacía tiempo
──Me...golpeas...porque...estás resentida...porque nunca me gustaste... ──hizo un intento de sonrisa burlona, pero recibió otro puñetazo
──Al principio me dolió, pero no te creas tan importante ──le escupió en la cara ──. Aparte ¿resentida yo? Si has sido tú el que...
¿Hablas de resentido cuando fuiste tú quien mandó a disparar a Fuyu y que ha reunido a más resentidos? Más que pandilla parece un club de despechados
Takemichi, usando la katana de Haruchiyo, le hace una cortada en el brazo. Kazutora, y todos los demás que se habían quedado expectantes a sus movimientos desde que le pidió dicha arma al pelirrosa, se quedaron boquiabiertos. Takemichi jamás recurriría a usar armas en una pelea mano a mano, pero al parecer ya la estaban hartando
──Mandaste a Kiyomasa a que me apuñalara ──le hace otra cortada ──, luego mandaste a que le cortaran los frenos a Takashi ──otra cortada ──, después una emboscada a Nahoya, le dispararon a Fuyu ──otra más ──, y por si fuera poco atacaron a tres chicas en plena calle a plena tarde ──la mirada azul de Takemichi parecía un mar en tormenta, turbio, oscuro y embravecido, era como estar viendo una mirada incluso más sádica y siniestra que la que ponía Mikey ──. A mi criterio ──entrecerró los ojos y lo miró con soberbia ──, una persona como tú no merece vivir
Hasta el mismo Mikey estaba sorprendido ¿Dónde había quedado su tierna, sonriente y pacífica Takemichi? ¿Dónde había quedado aquella rubia a la que le preocupaba perder exámenes por faltar a los turnos de clases? Ahora mismo estaba viendo la contraparte de la verdadera Takemichi. No era la que sin importarle su estado se abalanzaba al peligro solo para velar por sus amigos, esta Takemichi era una a la que no le importaba ‘‘matar’’ por vengar a sus amigos
── ¡Takemicchi! ──Mikey se le acercó y la abrazó por la cintura, colocó su rostro en la curvatura de su cuello y aspiró su dulce aroma ── ¿Qué pasó contigo Takemicchi?
──No pasó nada Mikey-kun ──se dejó abrazar por él ──, pero él provocó muchas cosas y... ──el rubio la calló colocando un dedo en sus labios
──Escucha Takemicchi ──agarró la katana de la mano de la chica y con la misma se la lanza a su legítimo dueño ──. Mi Takemicchi no es esta chica delante de mí ──la abrazó más fuerte ──. Como mismo me dijiste tú aquella vez ‘‘Deja de hacer lo que sea que estés haciendo. Estamos preocupados por ti, aparte de que no quiero que te pase nada por mi culpa ¿Harías eso por mí?’’ ──la giró para verla de frente y apoya su frente a la de ella ──. Vamos Takemicchi, tienes que regresar a la Takemicchi de siempre
La rubia cerró sus ojos y suspiró. Cuando los volvió abrir ya volvía a poseer su cándida mirada azulada, sus tiernas expresiones, el brillo en sus ojos
Hanagaki Takemichi había vuelto
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Tulips
أدب الهواة[Tulips - Tulipán: Amor perfecto y eterno] Una historia de siete amigas y de como encontraron a su amor eterno Habrá mucho amor, coqueteo, algo de intriga, celos y hermosos desenlaces