La voz,blanca voz que me llamaba ya apenas entre sueños la adivino.
Suena su son angélico cada día más tímido.
Bajo el agua del lago va enterrándose, va hundiéndose en el fondo del abismo.
Los años van tejiendo densas capas de limo.
Ella se esfuerza por romper las ondas,por dejar su cristal en mis oídos. Y yo apenas la escucho como un leve suspiro.
Más que la voz percibo ya el armónico.ya más que timbre es vacilante espíritu. Me ronda,helado,mudo,el silencio infinito.