Yo voy soñando caminos de la tarde.¡las colinas doradas,los verdes pinos,las polvorientas encinas!...¿Adonde el camino irá? Yo voy cantando,viajero a lo largo del sendero...
-la tarde cayendo está-:
<<En el corazón tenía la espina de una pasión; logré arrancármela un día: ya no siento el corazón.>>
Y todo el campo un momento se queda,mudo y sombrío, meditando. Suena el viento en los álamos del río.
La tarde más se oscurece; y el camino que serpea y débilmente blanquea, se enturbia y desaparece. Mi cantar vuelve a plañir.
<<Aguda espina dorada,quién te pudiera sentir en el corazón clavada.>>