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─ Taxi ¿tiene el tanque full?, un poquito 'e whisky con redbull.
Una chica de larga cabellera azabache en estado de ebriedad se encontraba en una lucha de casi 10 minutos con la puerta de madera blanca que le daba acceso a su dormitorio, mientras cantaba partes de canciones que se le vinieran a la mente del género urbano latino.
Tu mano temblorosa intentaba hacer entrar aquella llave plateada en la cerradura sin mucho éxito.
─ ¡Agh! Chingada madre.
Maldices al aire, frustrada por no poder conseguir tu cometido. Exhalas todo el aire dentro de tus pulmones en un suspiro profundo y formas un agarre con tu mano izquierda sobre tu muñeca derecha para detener los movimientos temblorosos que te impedían poder abrir una simple puerta.
Parpadeas repetidas veces para poder enfocar tu visión borrosa y tomas una expresión más seria, dando todo de ti para poder meter esa jodida llave de una vez por todas.
─ ¡Ahuevo!
Cantas victoria y una sonrisa entusiasta se asoma en tus labios cuando logras encajar la llave en la cerradura, girar y abrir la puerta.
─ Si a mí, mami, tú me permite' fluir, vera' que fácil yo te llevo al éxtasi', no queda casi pa' que cierren esto aquí ... Y hagamo' horny que e' lo que hacemo' aquí
Tal era tu estado de embriaguez que parecías tener dos pies izquierdos.
Tan pronto entraste al apartamento cantando eufórica y diste unos cuantos pasos, tropezaste con la alfombra afelpada de la estancia y caíste al suelo.
Una botella medio vacía de alcohol barato que aferrabas con tu brazo izquierdo cayó al suelo y se derramó sobre el suelo de madera.
Fuiste muy ruidosa con tu llegada, pero el estruendoso estallido de la botella contra la madera fue la gota que derramó el vaso.
Lo que causó la interrupción de sueño de tu compañero de cuarto.
Rápidamente, escuchaste el sonido de una puerta siendo abierta y los pasos de tu compañero recorrer el pasillo de las recámaras hasta llegar a la estancia.
