35. Cambios

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Mary se comunica con Sophia, desde que su relación con Anne se comenzó a poner más serio no se habían visto, ella le responde diciéndole que así es el amor, riendo un poco, a lo que Mary se alegra que sea feliz; le pide que solo quiere compartir con ella, a lo que la invita a Islandia, Anne estaría emocionada por la visita de ella y de Amir, aunque no está convencida de dejar Nigeria ahora que todo está marchando increíble, termina persuadiendo a los dos para que las visiten Amir nunca había visto la aurora boreal y termina decidiendo ir hasta la residencia de los Schmitt.

Al día siguiente por la mañana parten Amir y Mary con destino a Islandia, eran dos tortolitos enamorados, ya la relación era abierta y pública, habían perdido todo el temor de no ser aceptados por ninguna de las familias, Amir había más, que comprobado que era una persona capaz de llevar adelante las empresas de los Sani.

Yash Ram que se encuentra junto a Chu Hua Zhung en el templo Mahabodhi en Bodhgaya en India, Tatiana y Luisana son capaces de infiltrar un monje que se encuentra cercanos a ellos, donde es capaz de escuchar la conversación de ambos, algunos de sus planes y la verdad detrás de sus reuniones; y perciben que Chu no desea continuar con el plan de Yash; se nota que se comienza a tornar tensa la plática, pero al final Yash ya había tomado la decisión, lo que molesta mucho a Chu que se retira alterada del templo; al recopilar la información Luisana trata de comunicarse con Sophia en más de un decena de veces pero todos sus intentos resultaron infructuoso; le preocupa un poco el alejamiento y el poco interés, que está teniendo con todo lo relacionado a los conflictos.

Anne y Sophia que se encontraban en un fin de semana de luna de miel, acostadas en uno de los sillones del balcón de la residencia de los Schmitt fantasean sobre el futuro de ellas:

— Anne si solo nos vamos a una isla alejada en el caribe, piénsalo, arenas blancas, aguas transparentes, dos hijos...

— Dos hijos ¿y cómo se llamarían?

— El mayor se llamaría Joseph por tu padre y la nena se llamaría Varvara por mi madre, ¿Qué te parece?

— Pensaste en todo; ¿y tendrían tu apellido o el mío?

— ¿Schmitt Petrov o Petrov Schmitt?; no lo he pensado pero queriendo dejar todo esto atrás le pondría cualquier apellido lejos de estos dos.

— Pero quisiera vivir solas un tiempo, unos cuatro o cinco años, para mimarte y acariciarte todas las mañanas, llevarte el desayuno a la cama, quedarnos dormidas viendo películas.

— Si lo mismo pienso.

— Sophia ¿has pensado en verdad en esto?

— Si, cada vez que te veo, siento que es lo mejor que puedo hacer. Aprendí que mi vida sin ti es vacía, es lubre y oscura, tu sonrisa irradia la luz que me hace seguir adelante, solo estar a tu lado me hace una mejor persona.

Se abrazan fuertemente, ya pensando como una real, la opción de llevar adelante sus planes, dejando todo atrás y olvidándose de los legados, las herencias, las responsabilidades, el poder y el dinero.

Escuchan abrir la puerta y eran Mary y Amir asombrados de los paisajes de Islandia, diciendo que querían conocer el lugar, se encuentran los cuatro acostados en los enormes sillones, viendo las hermosas vistas y el hermoso paisaje desde el balcón de la fortaleza de los Schmitt, Anne y Sophia se acuestan en uno de los muebles.

Sophia no podía dejar de besar cada cinco segundo alguna parte del cuerpo de Anne, Mary nunca había visto tan cariñosa a Sophia, la besa en las mejillas, en la frene, en los labios, en las manos y en cualquier parte de su cuerpo.

Poderes - El Comienzo del CambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora