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Créditos a los respectivos creadores de Dragón ball y Naruto



Bajo el resplandor del sol, los martillos golpeaban el metal y las voces resonaban en el aire, mientras los constructores se esforzaban por levantar el puente junto a la esperanza de un pueblo sumergido en el terror que aquel magnate malvado había traído con su aparición. El país de las olas necesitaba si o si este puente para dejar de ser miserables

No había sido un trabajo fácil, el miedo invadía a los trabajadores cada día pues el solo pensar que Gato vendría y los mataría les quitaba los animos de seguir con esto. Amaban a su pueblo y a sus familiares pero también valoraban su vida y no valía la pena perderla solo por esto

Es por eso que varios habían renunciado y en consecuencia la construcción fue mucho más lenta. Ahora mismo eran unos pocos trabajadores que seguían dándole duro a la chamba y Tazuna agradecía la valentía que ellos poseian

Para Tazuna su pueblo lo era todo, no podía simplemente dejarlo perecer ante un imbécil como Gato y es por eso que aunque todos sus trabajadores renunciarán él seguiría con su trabajo. Su pueblo merecía que sus calles se llenen con el bullizo de felicidad y que la esperanza nuevamente esté en su gente

Él nunca renunciaría, por nada del mundo dejaría a su pueblo a merced de Gato

"Señor Tazuna, donde dejo esto?"

Pero claro estaba que si algunos temian por su vida habían otros llenos de valentía y humildad que ayudaban como podían y el antes mencionado anciano hoy  lo presenciaria

Nunca se espero que aquel joven de cabellera extraña fuera tan fuerte y eficiente en el trabajo, su rostro no pudo evitar mostrar sorpresa por verle cargar materiales considerablemente pesados en su hombro. No solo él era el único sorprendido, los pocos trabajadores que aún prestaban su ayuda habían reaccionado igual por la fuerza del chico, sin duda ese joven podría ser un gran chambeador

Y es que desde que amaneció Goku Hatake junto a Sakura Haruno se habían encargado de su protección el día de hoy por petición de su sensei, al principio el viejo Tazuna dudo pues si era verdad aquello de que el conocido 'demonio de la neblina' aún seguía con vida estos dos jóvenes no podrían hacer mucho si llegará aparecer pero tampoco podía pedir más y solo le quedaba confiar

Pero grande fue su sorpresa al ver cómo apenas llegar a la zona de la obra el pelos en punta comenzaría a ayudar en lo más que podia para aumentar la velocidad de trabajo. Fue entonces que cambio su percepción hacia el chico y su confianza en él aumento

Déjala ahí muchacho -Respondio con una sonrisa apuntando con su dedo el lugar donde el joven azabache debía de dejar aquellos materiales. Sus ojos se pasaron en Sakura la cual veía todo con aburrimiento- oye, por qué no nos ayudas así como tú compañero?

¡Oiga viejo no me compare, yo no tengo tanta fuerza como ese gorila de Goku! -La joven de ojos verdes respondio fuertemente enojada ante las palabras de aparente burla que se le fueron dichas. Cuando se percató de que era vista un sonrojo pinto su rostro producto de la vergüenza-

Goku no evito reir por la actitud de su compañera acción imitada de igual forma por Tazuna. Ya habían pasado varios días desde que los ninjas estaban en el país de las olas, días en los cuales la construcción transcurrió sin problemas y sin ser atacados por aquel hombre de negocios turbios

Hoy no parecía ser un día diferente a esos pues desde que habia amanecido una buena vibra se podía sentir en el ambiente y talvez, solo talvez hoy tampoco serian atacados por nadie

Pero la buena suerte no es para siempre, verdad?

Fue entonces que aquel reconfortante calor que propinaba la luz del sol fue opacada repentinamente por un ambiente frío y húmedo. La neblina no tardó en aparecer ocasionando que ver los alrededores se complicase, los gritos de los trabajadores del puente no se hicieron esperar confirmando el mal presagio que se avecinaba, el miedo no tardó en aparecer en los cuerpos del hombre adulto y en la chica de cabello rosa, este ambiente y esta neblina solo decían que él habia vuelto

Hermanos HatakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora