La Heredera Del Clan Uchiha ||Boruto Uzumaki||

|010| Cumpleaños Felices

[Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos.]

Confucio. -

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Narra:
               Hikari Uchiha.

Nos encontrábamos en la casa de Boruto para festejar su cumpleaños número 14. Al llegar noté la presencia de Mitsuki, Karasu, Nejire, Tendou, Neji, Tenten y la ausencia completa de Naruto. Naoto y Daisuke fueron inmediatamente a ayudar a Himawari y a Akiko con lo que sea que estaban haciendo.

Al ver a Mitsuki noté que estaba hablando cómodamente con Nejire, Tendou y Karasu, me sorprendí un poco, pero a diferencia de mi hermana no hice ningún comentario al respecto.

—No esperaba que te integraras tanto—dijo con una leve carcajada sin indicios de ningún mal comentario.

—Es mi primera fiesta de cumpleaños, parece divertido. —sonrió

—Onii-chan, aquí esta tu pastel de cumpleaños. — apareció una Himawari alegre, Akiko teniendo las servilletas, y Naoto y Daisuke los cubiertos y cuchillos.

—Gracias, Himawari.—agradeció Boruto tan alegre como ella.

—Oh, está muy bien hecho— mamá alagó.

—Yo lo decoré— le contestó la pequeña Uzumaki de la casa.

—Muy bien hecho Himawari-chan— le revolvió un poco los cabellos azulados— Ah ¿Y Naruto?

Presté atención a las reacciones de Boruto ya que él estaba sentado en la esquina con Mitsuki a su derecha y a mí en su izquierda. Fingió que no le importaba si venia o no, pero vi que tenía una gran ilusión de que su padre esté presente el día de su cumpleaños.

—¿No te alegra? —le pregunté.

—Ja, no me importa si viene o no. — me contestó como si nada.

Pero ahora, en este momento, ya habían pasado varias horas y Naruto no estaba aquí, incluso le habían dejado un trozo de pastel.

—El pastel estaba muy rico— alagó Sarada.

—Gracias— contestó Hinata con varias carcajadas.

Luego de unos minutos el teléfono sonó y Hinata fue a contestar.

—¿Sí? ...¿Mi esposo? ...sí...sí...entiendo— contestó Hinata detrás del teléfono y vi como la cara de Boruto se fue transformando a una de decepción y frustración con los puños apretados. No se molestó en decir nada y subió a su habitación.

Luego de unos minutos decidí subir para ver cómo estaba, toque la puerta y no esperé que me dé permiso de entrar para hacerlo.

Al entrar en su habitación estaba todo a oscuras y el sentado en su silla con la cabeza recostada hacia atrás.

—¿Boruto?

—Ja, así es el tonto de mi papá— dijo con una sonrisa casi tan falsa como la de Sai, como si no le importara, pero se notaba a kilómetros que estaba herido con la situación. —Aunque tampoco esperaba nada de él...

—Debió tratarse de algo urgente. Es el Hokage y tiene responsabilidades. —intenté consolarlo.

—Claro, y sus responsabilidades son más importantes que mi cumpleaños.