Sin duda los integrantes de 4⋆Town han cautivado a muchas personas y es por eso que en este libro encontrarás a estos 5 chicos reaccionando a distintas situaciones.
Todo lo que está escrito en este libro es mi imaginación y nada más, nada es canon n...
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¿Me extrañaron?
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Tae Young
Lágrimas cayendo de sus hermosos ojos acompañadas de fuertes sollozos que salían de sus labios, te partió el corazón verlo así pero sin duda te dolió más lo que te confesó que había hecho. Últimamente cada que él volvía a casa corría a abrazarte y comenzaba a llorar, se había vuelto una rutina bastante difícil y frustrante para ti, pues no saber lo que le preocupaba a tu bello ángel te hacía sentir tan mal porque no podías hacer nada. Inclusive hablaste con Robaire, su amigo más cercano, pero lo único que conseguiste fue una mirada de lástima y las palabras “Lo siento, pero es algo que él debe hablar contigo”, evidentemente te quedaste confundida pero fuiste paciente y esperaste a que Tae Young confiara en ti y hablara contigo.
Cuando lo hizo no querías creer lo que te estaba diciendo, simplemente no podías. Esperabas una traición de muchas personas pero nunca de él, aquel que solía ser un ángel a tus ojos, tu ángel.
“Yo... Estuve saliendo con xxxx... T-te juro que yo no quería que e-esto ocurriera. La culpa me está m-matando, p-pero yo de v-verdad te amo”, hablaba lento y tartamudeaba debido a que seguía llorando. “A-anoche... y-yo...”, ambas respiraciones se aceleraron, sabías lo que seguía. “E-estuve... con e-ella”, dijo tan bajo que apenas y lo escuchaste por sobre su llanto.
Tus ojos se abrieron como platos y se llenaron de lágrimas mientras te alejabas de él, inmediatamente cuando él vio tus intenciones de alejarte sollozó y se aferro a ti, pero aún así te alejaste por completo de él dejándolo en el sofá. Trato de llegar a ti pero cuando lo impediste se arrodilló frente a ti y te suplico que no lo dejaras. Te dirigiste a la puerta después de tomar tus llaves, ignoraste su llanto y sus súplicas para después salir corriendo de la casa, te sentías asfixiada.
“¡Perdóname! ¡Lo siento muchísimo! ¡Por favor quédate conmigo, no me dejes solo! ¡Te amo!”, alcanzaste a escuchar sus gritos pero tu mente trataba de procesar todo lo que te había dicho y te sentiste una idiota al pensar que él jamás haría algo así.
