Hiro avanzaba por un sendero serpenteante que lo conducía a través de paisajes desconocidos y exóticos. El aire salado del mar lo envolvía, y el sonido de las olas rompiendo contra la costa llenaba sus oídos mientras se acercaba a la misteriosa Ciudad de Diman.
Esta ciudad estaba gobernada por el Clan Número 20, conocido como el Clan de Diman. Sus habitantes eran en su mayoría semi-humanos de tipo marino, criaturas fascinantes que habían adaptado sus vidas al vasto océano que los rodeaba.
A medida que Hiro se acercaba a las murallas de la ciudad, quedaba impresionado por su belleza y magnificencia. Las torres de alabastro se alzaban hacia el cielo, reflejando los colores cambiantes del océano, mientras que los tejados de cerámica brillaban bajo el sol.
Pero más allá de la apariencia impresionante de la ciudad, Hiro sabía que se ocultaban secretos y peligros que no podían ser ignorados. El Clan de Diman había sido conocido por su feroz lealtad a su territorio y su desconfianza hacia los forasteros. Sin embargo, Hiro no podía permitirse ser detenido por los obstáculos que se interpusieran en su camino.
Con determinación en su corazón, Hiro atravesó las puertas de la Ciudad de Diman, preparado para enfrentarse a lo que sea que encontrará en su interior. Sabía que su destino lo llevaba a lugares desconocidos y desafiantes, pero también sabía que era su deber enfrentarlos con valentía y honor, por el bien de todos aquellos que amaba y por el bien de un mundo que estaba al borde del abismo,
Las calles de Diman se extendían ante Hiro como un laberinto de vida y actividad. La ciudad estaba viva con la energía de sus habitantes, semi-humanos que se movían con la gracia y la fluidez de las criaturas marinas que eran.
Hiro se adentró en el corazón de la ciudad, sus sentidos alerta mientras observaba a su alrededor. Los edificios estaban adornados con motivos marinos, conchas incrustadas en las paredes y murales que retrataban escenas del océano profundo. El sonido de las gaviotas y el olor a salitre llenaban el aire, creando una atmósfera única y cautivadora.
A medida que caminaba por las calles adoquinadas, Hiro atrajo miradas curiosas de los habitantes de Diman. Algunos lo observaban con interés, mientras que otros lo miraban con desconfianza, sus ojos vigilantes y alerta.
Decidió dirigirse hacia el corazón de la ciudad, donde se encontraba el palacio del líder del Clan de Diman. Sabía que su presencia no pasaría desapercibida por mucho tiempo, y prefería abordar directamente a aquellos que estaban en el poder en lugar de esperar a ser descubierto por ellos.
Finalmente, llegó ante las imponentes puertas del palacio, flanqueadas por guardias vigilantes que lo miraban con sospecha. Se detuvo frente a ellos, manteniendo la calma a pesar de la tensión que llenaba el aire.
—Soy Hiro, un viajero en busca de respuestas —anunció con voz firme—. Deseo hablar con vuestro líder sobre asuntos de importancia.
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"Hijo de los 24 Reinos, El Elegido de los Mundos"
FantasyEn un mundo donde la magia y los poderes extraordinarios son parte de la vida cotidiana, la historia de Hiro comienza en un tranquilo pueblo apartado de los tumultos del mundo exterior. En apariencia, Hiro era un joven común y corriente, ajeno al po...